Transmitir el legado y la historia de la Catedral de Tarragona de abuelos a nietos. Este es el objetivo de la actividad Els avis ensenyen la Catedral als néts, que ayer reunió a decenas de familias, un éxito de participación en la que es ya su novena edición. De esta manera, el vínculo mágico entre abuelos y nietos se estrechó todavía más ayer en la Catedral de Tarragona.
La actividad, de carácter didáctica y familiar, estuvo organizado por la Associació Amics de la Catedral. Los pequeños pudieron aprender con sus abuelos todo tipo de detalles acerca de la Catedral de Tarragona. Joana Virgili, vocal de Cultura de la Associació Amics de la Catedral, fue la encargada de presentar y dirigir toda la actividad. Sus grandes dotes como docente quedaron demostradas ante los asistentes. No en vano, Virgili fue galardonada el 2010 con el Premi Catalunya Educació en categoria Marta Mata por su gran labor como profesora y sus planteamientos pedagógicos de alta calidad. Gracias a ella y a Coloma Bartra, que se encargó de la organización, abuelos y nietos descubrieron juntos los secretos que esconde la Catedral de Tarragona.
La historia
La actividad empezó a las once de la mañana con un repaso a la historia de los orígenes de la Catedral. En ella, los nietos se transformaron en actores e interpretaron diferentes papeles ante sus abuelos –el arzobispo, el arquitecto, el cantero, el escultor, el carpintero, el vidriero y el mecenas– con la intención de explicar que la Catedral de Tarragona fue posible gracias a muchas personas diferentes.
El acto continuó con el montaje de la fachada del templo. En ella, los pequeños pusieron pieza a pieza los elementos, representados en una imagen y nombraron los diferentes elementos arquitectónicos que allí aparecían ante la mirada dulce de sus abuelos. La actividad siguió con una explicación sobre la construcción de los pilares del templo y los pequeños pudieron montar uno con piezas, siguiendo al pie de la letra tal como se construyó la Catedral. Los niños y niñas disfrutaron de la visita tocando la Vedada, una de las campanas de la Catedral, que se ubica al lado del cimborrio. Allí, los abuelos y sus nietos pudieron cantar El noi de la mare e hicieron una ofrenda al niño Jesús.
La siguiente parada de la visita fue en la Capilla de Santa Tecla. Allí, Joana Virgili explicó la historia de Santa Tecla con imágenes del retablo. Los pequeños volvieron a convertirse en actores en el claustro, donde interpretaron un nacimiento de Jesús, haciendo honor a una de las imágenes esculpidas en un capitel. Tras narrar la fábula del zorro y el gallo, la actividad concluyó con la búsqueda de bestias y animales de hace 800 años representados en diferentes lugares del claustro.
