Por mucho que eche balones fuera, culpe al Gobierno y, por enésima vez, recurra al extinto terrorismo etarra como argumente político, el PP ha cometido uno de esos errores que pasarán a la historia al votar, «sin darnos cuenta», una norma que rebaja la pena a algunos de los terroristas más sangrientos.
Parecía que la metedura de pata de votar sí a la reforma laboral les había enseñado que hay que leer bien lo que se vota y vigilar con cuidado el botoncito que se pulsa. Pero no. Y ahora, en vez de asumir responsabilidades, rescata la retahíla de insultos a Pedro Sánchez y su habitual utilización de las víctimas de ETA.
Los y las diputados y diputadas del PP deben estar enfurecidos. Entre ellas Cayetana Álvarez de Toledo. El tuit del periodista Antonio Maestre lo refleja: «Cómo tiene que estar el ego patricio de @cayetanaAT sabiendo que se ha comido la reforma de la ley de equiparación de penas siendo ella de la comisión de justicia del PP».
La que aparenta indignación, pero en el fondo debe estar exultante, es Isabel Díaz Ayuso. El monumental fallo del PP, del que el último responsable es su presidente, Alberto Núñez Feijóo, le da argumentos en el lento pero inexorable camino de Ayuso para acabar con el liderazgo de Feijóo. Lo de Pablo Casado fue una ejecución en toda regla. Con Feijóo, Isabel afila poco a poco el cuchillo (virtual, por supuesto).