Kit de supervivencia: seguridad o alarma social

25 marzo 2025 20:30 | Actualizado a 26 marzo 2025 07:00
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La recomendación de la Unión Europea de tener un kit de supervivencia para emergencias, que incluya recursos básicos para 72 horas, pretende fomentar la autodependencia y resiliencia ante posibles desastres.

El kit incluiría elementos esenciales como agua, alimentos no perecederos, medicamentos, productos de primeros auxilios y baterías, con el objetivo de garantizar la supervivencia hasta que llegue la ayuda externa. Sin embargo, esta medida genera un debate sobre si realmente refuerza la seguridad o si, por el contrario, crea una sensación innecesaria de alarma social.

Desde un punto de vista práctico, la idea de tener un kit de supervivencia es sensata. Los desastres naturales, conflictos o ciberataques son cada vez más frecuentes y tener los recursos básicos a mano puede hacer la diferencia en las primeras horas de una crisis. La recomendación de la UE busca que los ciudadanos no dependan completamente de las autoridades en momentos de emergencia, lo cual refuerza la seguridad y autonomía personal.

La clave está en hallar un equilibrio: prepararse ante lo inesperado es sensato, pero debe evitarse generar pánico innecesario

Además, los programas educativos asociados a esta medida ofrecen herramientas para gestionar mejor las crisis, promoviendo la autodependencia sin causar pánico innecesario. Por otro lado, esta recomendación podría generar una sensación de desprotección entre la ciudadanía, que podría interpretarla como una señal de que vivimos al borde de una crisis grave.

En lugar de fomentar una cultura de preparación, se corre el riesgo de aumentar el temor colectivo y la incertidumbre, sin una amenaza clara. Hay ejemplos a seguir para comprender como prevenir es mejor que curar. Es el caso de Japón, uno de los países con mayores riesgos objetivos, que sabe educar en la prevención y en la información, no en el alarmismo. Desde pequeños los japonses saben qué hacer y cómo hacerlo en case de catástrofe.

La clave estará en encontrar un equilibrio entre la preparación y la calma social. Prepararse ante lo inesperado es sensato, pero debe evitarse generar pánico innecesario. La UE debe asegurarse de que esta recomendación no se convierta en un recordatorio constante de un mundo peligroso, sino en una herramienta que brinde confianza y seguridad ante lo imprevisible. Al fin y al cabo, el kit debe ser un símbolo de prudencia, no de miedo.

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