El Banco Central Europeo (BCE) decidió este jueves subir sus tipos de interés en medio punto porcentual, hasta el 3 %, quinta subida consecutiva, y dijo que tiene la intención de aumentarlos en otros 50 puntos básicos en marzo porque la inflación subyacente sigue muy elevada y la economía aguanta bien los aumentos acometidos hasta ahora.
El Consejo de Gobierno ha decidido subir los tres tipos de interés oficiales del BCE en 50 puntos básicos y espera seguir aumentándolos, dijo el BCE en un comunicado.
«En vista de las presiones sobre la inflación subyacente, el Consejo de Gobierno prevé aumentar los tipos de interés otros 50 puntos básicos en su próxima reunión de política monetaria de marzo y posteriormente evaluará la senda futura de su política monetaria», añade el BCE.
Pese a este mensaje tan rotundo y claro por escrito, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, dijo en una rueda de prensa que la intención de subir los tipos de interés de nuevo en marzo en medio punto porcentual «no es un compromiso irrevocable». Lagarde también dejó entrever más subidas del precio del dinero después de marzo.
A partir de marzo los aumentos no tienen por qué ser necesariamente de medio punto, podrían ser de un cuarto de punto, o lo que sea necesario,según Lagarde.
La presidenta del BCE explicó que el Consejo de Gobierno tomó la decisión de aumentar el precio del dinero hoy y la intención de volver a hacerlo en la misma media en marzo por «un consenso muy amplio».
Las discusiones fueron buenas, según Lagarde, y el BCE quiere enfatizar que mantiene el ciclo de incrementos de sus tasas de interés. Lagarde hizo hincapié en que son necesarias más subidas significativas de los tipos de interés para que la inflación baje a su objetivo del 2 % a medio plazo.
Al ser preguntada si después de marzo habrán concluido con las subidas de los tipos de interés y éstos habrán llegado al máximo en este ciclo alcista, Lagarde dijo que no.
«Sabemos que tenemos terreno que cubrir», lo que implica que los tipos de interés lleguen a un nivel restrictivo, en el que restringen el crecimiento económico, y que permanezcan en ese nivel el tiempo necesario para que la inflación baje al 2 %, según Lagarde.
La inflación subyacente
El BCE observa que la inflación general baja más de lo previsto pero la subyacente, que descuenta los elementos más volátiles como la energía y los alimentos, sigue «viva y coleante», según Lagarde , por eso tienen terreno que cubrir.
La inflación general se situó en el 8,5 % en enero, 0,7 puntos porcentuales menos que en diciembre, debido principalmente «a una nueva y acusada caída de los precios de la energía», según el BCE.
Pero la inflación subyacente, excluidos la energía y los alimentos, se mantuvo en el 5,2 % en enero, alertó el BCE. «La inflación de los bienes industriales no energéticos aumentó hasta el 6,9 % y la de los servicios descendió hasta el 4,2 % y otros indicadores de la inflación subyacente también siguen siendo elevados», alertó Lagarde.
Además, dijo Lagarde, «las medidas públicas para compensar a los hogares por los elevados precios de la energía moderarán la inflación en 2023, pero se espera que la aumenten tras su retirada».
La economía aguanta
La economía de la zona del euro creció un 0,1 % en el cuarto trimestre de 2022, este resultado señala una notable desaceleración desde mediados de 2022 de la actividad económica, que continuará débil a corto plazo.
No obstante, Lagarde valoró el hecho de que la economía no esté en terreno negativo y haya esquivado la recesión técnica de momento. «Los riesgos para las perspectivas del crecimiento económico están más equilibrados», según el BCE.
«La economía ha mostrado una capacidad de resistencia mayor de la esperada y debería recuperarse en los próximos trimestres», consideró Lagarde. Pero «la guerra injustificada de Rusia contra Ucrania y su pueblo sigue siendo un importante riesgo a la baja para la economía y podría volver a presionar al alza los costes de la energía y de los alimentos», adviertió el BCE.