Volvió a perder el Ibersol CBT en casa ante el Horta (67-70) en un partido donde no supo encontrar el equilibrio y terminó cayendo en un final ajustado de partido que le salió cruz.
Nada mejor que jugar en casa con los tuyos para revertir una mala racha. Los tarraconenses venían de perder los dos primeros partidos de segunda FEB y estaban sumergidos en una dinámica negativa tanto de juego como de resultados. Las cosas no habían empezado bien para los de Borja Comenge, pero en cada nuevo partido tienen una oportunidad para darle la vuelta. Y la oportunidad la tuvieron en el Serrallo, el mejor escenario posible para aclarar la cabeza y conseguir la primera victoria en liga.
Se percibían las ganas desde el arranque del encuentro. La afición notaba un equipo con más ganas, con más ímpetu. Los jugadores mordían y apretaban. A pesar de no estar del todo acertados, se apreciaba una cierta mejoría en la intensidad.
Ndour y Treacy se encargaron de ensalzar al CBT con varias canastas que les ayudaron a ponerse por delante rápidamente, pero el equipo estuvo algo desatendido atrás. Las prisas por robar el balón y salir al contraataque hizo que los locales dejaran en un segundo plano la consistencia defensiva. Encajaron demasiado en el primer parcial pero se mantuvieron en el encuentro gracias a un acierto ofensivo que, a medida que corría el cronómetro, parecía ir a más. Pero el tiempo dictó el final del parcial y el CBT se quedó con las ganas del empate (14-20).
Las correcciones en el parón fueron muy útiles para los de casa, que corrigieron las carencias defensivas y formaron un bloque compacto atrás.
Fue muy complicado para el Horta desenvolverse en ataque, pero también lo fue para el CBT. No logró aún encontrar el equilibrio entre ataque y defensa. Si en el primer parcial se había descuidado de cubrirse las espaldas, en el segundo lo hizo en exceso. Tan en exceso que fueron muy pocas las canastas. Eso sí, tuvo la solvencia y eficiencia como para acertar las pocas ocasiones que tuvieron. Gracias a eso lograron llevarse el parcial por la mínima (9-8) y encarar la segunda mitad con el claro objetivo de encontrar ese equilibrio entre el arte de defender y el de atacar (28-30).
El CBT inició el tercer parcial diferente al resto de parciales. Con frescura y soltura, se podía apreciar un equipo coral. Se estiraba cuando tocaba y replegaba cuando era necesario, como un acordeón. Y el encargado de que el instrumento sonara a la perfección fue Plitzuweit. El estadounidense elevó la calidad de los otros cuatro que componían el equipo. Gracias a él lograron encontrar ese equilibrio que no habían sido capaces de establecer en todo el partido. Encestaba desde todas las alturas y sus compañeros solo tenían que estar pendientes de defender debidamente y hacerle llegar los máximos pases posibles para aprovechar su estado de gracia.
Plituzuweit, 17 puntos
A pesar de los 17 puntos que anotó Plitzuweit, el equipo acabó desmoronándose en defensa gracias a Blanco y Copes, que no pararon de hacer daño enlazando jugadas muy directas.
El CBT, a pesar de mostrar una muy buena versión, no fue capaz de sostenerla a lo largo del tercer parcial y no fueron capaces de salir victoriosos en esta ocasión tampoco (50-54).
Un triple mortal
El cuarto parcial fue lo más parecido a un combate de boxeo. Ambos equipos iban constantemente a hacer daño y solo el más acertado vencería. El Horta encestó un triple a falta de 13 segundos que sentaron como un knockout al CBT, que fue incapaz de reaccionar y sumó su tercera derrota consecutiva.