De ruta por Tarragona: La poza de aguas cristalinas

Parc Natural dels Ports. Esta semana descubrimos la popular poza del Toll del Vidre y la historia del cazador de brujas que causó estragos a lo largo y ancho del Camp de Tarragona

28 febrero 2024 18:30 | Actualizado a 29 febrero 2024 07:00
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En el confín meridional de Tarragona se haya una población que, gracias a la oposición de su gente, salvó de la inquisición a dos de sus vecinas. En el año 1548, en esta localidad de la Terra Alta conocida entre otras cosas por su poza de aguas cristalinas, se presentó un joven oriundo de Flix afirmando que el lugar era habitado por brujas; es más, se atrevió a señalar a dos mujeres bien estantes. La jugada no le salió bien en Arnes, pero el mestre Malet, como se hacía llamar el morisco Joan Malet, consiguió labrarse la fama de cazador de brujas, prestando sus servicios en múltiples municipios, como Tortosa, Valls o Alcover, entre otros. ¿Qué sucedió exactamente? En la ruta de esta semana, descubrimos la popular poza del Toll del Vidre, en el Parc Natural dels Ports, y la historia del cazador de brujas que causó estragos a lo largo y ancho del Camp de Tarragona.

Aproximación del recorrido

Ponemos rumbo a Arnes, tomamos la pista forestal que conduce al Toll del Vidre y estacionamos en cualquiera de los aparcamientos indicados y regulados por el consistorio desde 2021. El horario de regulación es de 11:00 a 19:00 y debe abonarse una tarifa dependiendo del tipo de vehículo con que accedamos. Los conductores de coches pagarán 5 €; 3 € los de moto; y 10 euros los de minibús, entendido este último como un vehículo de más de 9 plazas. Tal y como apunta un cartel, el hecho de acceder antes al paraje no excluye del pago, luego llevaremos el efectivo necesario a razón de nuestro tipo de vehículo. Ha de tenerse en cuenta que los aparcamientos están separados entre sí. El punto de inicio del recorrido es el Aparcament de les Valls, cuyo nombre responde a su cercanía a El Riuet de les Valls.

Instrucciones de la ruta

Continuamos el recorrido de la pista forestal, resolvemos la primera bifurcación tomando el camino de la izquierda y, prestando atención a los múltiples paneles de señalización, llegamos al Toll del Vidre. Si bien podemos deshacer nuestros pasos de regreso al coche, volveremos al último cruce con ánimo de ampliar el recorrido por la senda que conduce al Refugi del Mas de Damià. He aquí la subida de este itinerario: después de que la pista forestal cruce un río, a mano izquierda surge un sendero marcado con una señal azul, propia de la travesía Estels del Sud. La tomamos y, con paciencia, salvamos la subida del Coll de Xertó en busca de la Vall de Cuniller, en la que continuaremos en dirección a Arnes en compañía del Riuet de les Valls. Este lugar es tan o más bello que el Toll del Vidre, con el añadido de ser desconocido por una gran parte de quienes visitan el paraje. El camino concluye justamente allá donde aparcamos.

Dificultad de la ruta

Determinar la dificultad de una ruta ya es de por sí una dificultad. Por suerte, existen escalas de graduación que establecen la dureza a partir de factores observables. El Método SENDIF, creado por la Taula de Camins de l’Alt Pirineu i Aran, sostiene que la dificultad de un itinerario de senderismo depende, por una parte, del esfuerzo físico que este supone y, por otra parte, de los obstáculos del camino. Desde el punto de vista de la dificultad moderada, esta ruta es fácil a juzgar por sus 8,1 kilómetros de distancia y 262 metros desnivel positivo o subida. El perfil de elevación evidencia que dicho ascenso se concentra en un único kilómetro, el Coll de Xertó, el mismo en el que podemos atenuar la pendiente pronunciada ayudándonos de los bastones de senderismo. En lo que respecta a la complejidad técnica, es un itinerario de fácil navegación, a pesar de que haya un par de cruces confusos, cuya única dureza consiste en superar esta breve ascensión.

Caza de brujas

La caza de brujas podría resultarnos algo ajeno, propio de la ficción y de otras latitudes, sin embargo, gracias a la tesis Orígens i evolución de la cacera de bruixes a Catalunya (segles XV-XVI) de Pau Castell Granados sabemos que Catalunya fue una de las cunas europeas de la persecución.

Las sociedades de antaño atribuían las desgracias a las malas artes de las hechiceras, como el episodio de lluvias torrenciales registrado el 1617, el que pasaría a ser recordado como el año del diluvio. Así pues, la figura del cazador de brujas monetizaba la tesitura ofreciendo sus servicios, por ejemplo, al consejo municipal de Reus, donde señaló a los hombres y mujeres que creyó sospechosos después de que se ordenara el cierre de los portales.

Malet murió quemado en la hoguera por orden de la Inquisición de Barcelona un año después de los sucesos de Arnes, en el 1549. No obstante, según el historiador Joan Reglà, la caza de brujas se cobró la vida de más de 400 mujeres en Catalunya.

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