Entre las manos tenemos uno de esos libros a degustar tranquilamente en el sofá con una mantita y una taza de buen café, disfrutando de las situaciones que vive un veterinario de principios del siglo XX en plena campiña inglesa. Hace unos meses una amiga me recomendaba esta lectura bajo la premisa de «ya verás cómo te deja el corazón calentito». Me pareció una descripción muy bonita y, una vez leído el libro Todas las criaturas grandes y pequeñas, tengo que decir que también es muy acertada.
Es el año 1937 el joven James Herriot acaba de terminar la carrera de veterinaria. Recién salido del Glasgow Veterinary College, tiene todo el futuro por delante, unas ganas terribles de poner en práctica lo aprendido y convertirse en un gran profesional. Con su buena predisposición y formas, pronto consigue un puesto al lado de Siegfried Farnon, un reconocido veterinario de la zona, que cuenta en su cartera con clientes variopintos.
Si bien el trabajo de Farnon es impecable, contrasta con su carácter caótico, despistado y agudo. Responsable con sus pacientes, tiene un punto jaranero y desordenado con las funciones básicas del negocio que lo hacen muy divertido en contrapunto con la seriedad y serenidad de Herriot. Se suma al elenco Tristan Farnon, el descarriado y un tanto vago hermano de Siegfried y la señora Hall, la ama de llaves del hogar y que también lleva la gestión del centro veterinario y suele pedir explicaciones a un escurridizo Siegfried.
Terneritos recién llegados al mundo, hembras con distintos problemas uterinos, cerdos con mucho carácter y problemas en las orejas, llamadas de madrugada por emergencias, el tierno y rechonchito pequinés Tricki... Divertido y emotivo, el libro es prácticamente un antídoto contra la vida acelerada que lleva la sociedad actual, contra el desasosiego y el pesimismo. Publicado originariamente en 1970 en Reino Unido bajo el título If only they could talk, el veterinario James Alfred Wight explicaba sus anécdotas reales bajo el pseudónimo que les sonará: James Herriot.
No había mejor editorial para esta bella propuesta narrativa que Blackie Books, cuya filosofía es apostar por libros que «no tuvieron la suerte de despuntar» pero que gozan de una calidad particular que generan un impacto entre los lectores. Y a la vista está que no tienen mal ojo, porque las memorias profesionales de Herriot llevan más de 80 millones de ejemplares vendidos. Historias tratadas con delicadeza, pero sin exceso de dramatismo, ameradas con un exquisito sentido del humor, como lector, resultan encantadoras. Acompañadas por paisajes bucólicos, personajes inocentes y entrañables e historias muy humanas, el libro refleja un gran amor por el valor de las pequeñas cosas, la sencillez y por los animales.
Eso sí, me gustaría avisar, no les pase como a mí y se emocionen en una cafetería a rebosar de gente, que el capítulo 11 es absolutamente doloroso y bello a la vez. El libro en sí es precioso, pero ya sólo por ese capítulo merecería absolutamente la pena.
De la traducción para esta edición se encarga, con sumo cuidado, el barcelonés Pablo Álvarez Ellacuria, que actualmente alterna los textos de literatura con otros específicos de arte.
En 2020 el canal de televisión inglés Channel 5 produjo un remake de la serie original, DE 1978-1990, sobre el libro de Herriot, centrado en las aventuras del equipo de la clínica veterinaria de Yorkshire, con Nicholas Ralph como protagonista. Recientemente, RTVE la ha incorporado en su catálogo de propuestas a la carta y se oferta también desde la plataforma de cine Filmin y Movistar.
Título: Todas las criaturas grandes y pequeñas
Autor: James Herriot
Traductor: Pablo Álvarez Ellacuria
Editorial: Blackie Books
Páginas: 292