Los alcaldes de Vila-seca y Salou instaron ayer al Govern a modificar con celeridad el Pla Director Urbanístic (PDU) del sector 01 donde se debe construir el proyecto Hard Rock y que el TSJC ha tumbado parcialmente. Ambos defienden que la resolución no cuestiona el propio complejo y consideran que si se corrigen estos usos sigue siendo viable y las máquinas «podrían empezar a construir en un año», según el alcalde de Salou, Pere Granados. La preocupación, según reconocen, es que la multinacional desista y cancele la inversión.
El alcalde de Vila-seca, Pere Segura, y el alcalde de Salou, Pere Granados, están convencidos de que el proyecto de Hard Rock se puede mantener si se adapta el plan urbanístico a los requerimientos de la justicia. «El grueso del proyecto, la gran isla, queda avalada por la sentencia, que sólo afecta a la zona verde y de equipamientos», insistió el alcalde salouense. Asimismo, su homólogo de Vila-seca admitió que la resolución es una mala noticia pero que «no es una enmienda a la totalidad del planteamiento del proyecto de Hard Rock».
Granados plantea al Govern reubicar los espacios incluidos en zona de riesgo químico -todos ellos en el municipio de Vila-seca, según precisó- a otras áreas que no tengan esta consideración. De hecho, la Generalitat ya preveía modificar el PDU para mejorar la movilidad interior del sector, según el alcalde, con lo que cree que se presenta la oportunidad de mejorarlo y dejar «sin argumentos» a la entidad cologista GEPEC-EdC y a Aturem BCN World.
La modificación del PDU, asegura Granados, permitiría que «el proyecto de Hard Rock podría empezar a construirse dentro de un año» para que el resto del ámbito del CRT, que es donde se prevé la construcción del complejo con hoteles, un casino y establecimientos comerciales, entre otros, no se ha visto alterado y «ha quedado absolutamente bendecido» por la sentencia.
En la misma línea, Pere Segura insistió en que la justicia «no pone en cuestión la volumetría, los usos ni los edificios de Hard Rock», sino la ubicación de los espacios libres y zonas verdes. «Nosotros queremos que puedan ser espacios de ocio, con grandes parques y zonas verdes de recuperación patrimonial e histórica. Por lo tanto tenemos que mirar la letra pequeña y cómo reconducir esta situación», señaló.
Ante «el callejón sin salida» con que se han encontrado, Segura pone en valor que la Costa Daurada es un «referente a la hora de hacer las cosas bien hechas» para compatibilizar la actividad industrial con la turística. De hecho, el alcalde de Vila-seca recuerda que PortAventura en su momento también sufrió problemas.
El nuevo complejo se plantea como un proyecto beneficioso y como una oportunidad de desestacionalizar la temporada turística y los contratos laborales en la Costa Daurada, según el alcalde Granados. Por ello, apela a la responsabilidad del Govern para que el proyecto «no se pierda», dado que lo considera necesario para reactivar la economía. Granados también acusa a los ecologistas de poner obstáculos innecesarios y de pretender «cargarse todo el proyecto». Los alcaldes admitieron estar preocupados por el futuro de la inversión, por lo que han coincidido en reclamar celeridad para corregir las carencias.