Nuevo capítulo de la crisis política que atraviesa el Ayuntamiento de Cambrils. Junts per Cambrils ha confirmado este jueves la salida de sus tres regidores del equipo de gobierno, después de la expulsión el lunes de su portavoz, Enric Daza. Lo ha hecho en una extensa rueda de prensa en la que han abierto la puerta a abrir conversaciones con el resto de grupos municipales, sin descartar una moción de censura junto al NMC de Oliver Klein y el PP.
Daza ha acusado a los que hasta ahora eran sus socios de querer «destruir» el grupo municipal de Junts. «Nosotros estamos unidos, no lo han conseguido», ha dicho. El líder juntaire ha asegurado que, tras el conflicto generado por su negativa a contratar a un gerente para el Ayuntamiento, el alcalde «me prohibió hacer una rueda de prensa para dar explicaciones, pero yo creo que no estamos en una dictadura». Además, ha lamentado que no ha habido ninguna negociación con el resto de socios y considera que la decisión de cesarlo es «desproporcionada» e «irresponsable».
Tras consumar el divorcio del equipo de gobierno, desde Junts han criticado la «falta de liderazgo y de determinación» del alcalde, así como las numerosas crisis que han atravesado este año y medio en las que, sostiene, «siempre hemos mostrado nuestro apoyo». «Motivos para hacer una moción de censura hemos tenido», ha lanzado, asegurando que «nos hemos mordido la lengua». Además del gerente, se ha referido a la crisis del personal, de las entidades deportivas o de los lavapiés de las playas.
Desde Junts defienden la gestión llevada a cabo en este año y medio de mandato y consideran que no había motivos para su expulsión. «Nuestras concejalías no están cuestionadas y eso molesta», han expresado. Daza ha argumentado que la decisión viene por presiones desde ERC y Comuns y que «responde a una trama que hacía días que se cocinaba. Han esperado cualquier excusa para expulsarnos del gobierno».
Asimismo, critica la «irresponsabilidad» de dejar el Ayuntamiento de Cambrils con un gobierno en minoría (ERC, PSC y Comuns se quedan con 8 de los 21 regidores), lo que, dice, «provoca una parada en seco, cuyo responsable es Alfredo Clúa». «Esta maniobra de intentar que las dos regidoras se quedaran en el gobierno era una forma de confundir», ha señalado.
Laura Mellau y Teresa Recasens han expuesto su «sorpresa» y «decepción» por la decisión de cesar al portavoz del grupo, lo que han calificado de «traición» y «menosprecio». «Les hace sombra y eso no les gusta –según Mellau–. En lugar de asumir el alcalde que se ha equivocado y que no sabe hacer el trabajo, toma esta medida para distraer».
«Pasaremos a la oposición con la cabeza bien alta, sabiendo que hemos hecho bien nuestro trabajo», ha declarado una emocionada Teresa Recasens. La hasta ahora concejal de Fiestas y Bienestar Social ha reconocido que, desde el primer día del gobierno a cuatro bandas, ha habido «disputas y maneras de ver las cosas diferentes», pero ha defendido el diálogo interno para llegar a consensos. «Han sido unos cobardes, que no fueron capaces de romper el gobierno en ese momento y nos tiraron la pelota a nuestro tejado», ha manifestado.
Daza ha censurado que no se haya negociado la crisis interna por la contratación del gerente y ha afirmado que la decisión de echarlo del gobierno «es una cortina de humo para esconder las miserias de un gobierno que no ha sabido estar a la altura de las diferentes crisis».
Sobre el futuro del grupo municipal, el portavoz de Junts per Cambrils ha asegurado que desde su entrada en el gobierno no ha habido contactos con otros grupos municipales para buscar una mayoría alternativa. A partir de ahora, sin embargo, «hablaremos con todos los grupos, siempre que sea para trabajar por Cambrils», en palabras de Daza, quien no descarta regresar al gobierno.