El restaurante El Pòsit de La Pineda ya está en marcha desde el pasado 13 de mayo.
Àngel Pérez, director comercial del grupo El Pòsit, explicó al Diari de Tarragona que el recibimiento que el local ha tenido «ha sido maravilloso y que más contentos, no pueden estar. Está funcionando muy bien y prácticamente llenos durante el servicio. El hecho de estar delante de la playa es un plus a nuestra propuesta gastronómica».
Ángel Pérez detalló también que la cocina que están llevando a cabo en el restaurante sigue la línea común que tiene el grupo de restauración: arroces, cocina tradicional marinera y mediterránea de proximidad aunque con el valor añadido que han podido incluir brasa, hecho que les permite tener «un valor diferencial» y trabajar algunos platos diferentes respecto los que ofrecen en los otros restaurantes de Cambrils o Tarragona.
En las próximas semanas y coincidiendo con la llegada del buen tiempo, desde el Grupo El Pòsit anunciarán algunas de las actividades que tienen previstas para el verano.
«Estamos muy contentos porque la apertura de este restaurante no nos ha afectado al resto de espacios gastronómicos. Hay mucha gente que hace ruta y va a todos».
En este nuevo emplazamiento, el grupo El Pòsit sigue su compromiso con las personas con alergias e intolerancias alimentarias y celíacas, hecho que garantiza un entorno seguro para ellas. «Es un paraíso para estas personas poder comer en un restaurante de la cadena ya que todo está controlado al detalle», afirmó Pérez.
Si hay un rasgo característico de la dinámica interna y el ADN del grupo El Pòsit es su «fijación por la proximidad» en todos los aspectos. Ejemplo de ello es la marca propia, APROPPOSIT -cerca del Pòsit- que, en colaboración con varios enólogos y bodegas, crearon vinos propios y Aove garantizando así, «un comercio justo y de Km0».
Más allá introducir este valor diferencial en sus productos alimentarios y de consumo, también lo hace en la contratación de personal. Pérez recordó que, siempre que es posible, busca talento y nuevos profesionales que vivan en las ciudades más próximas a Vila-seca como son Salou o Tarragona para que no dependan del coche.
«Es una forma de poder crear oportunidades de trabajo en la localidad donde abrimos un nuevo restaurante y, al mismo tiempo, minimizar la huella de carbono», concluyó Pérez.