Rafael Orihuel: «Sobreviví a un alcalde (Daniel Masagué) sin límites y que no admitía como es la administración»

El exsecretario del Ayuntamiento de Torredembarra admite que tendría que haber hecho más para evitar la corrupción en el consistorio

17 febrero 2024 18:42 | Actualizado a 18 febrero 2024 07:00
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Alejado de una crónica periodística y cronológica, fruto tan solo de la memoria y el recuerdo de las experiencias vividas, Rafael Orihuel narra en el libro Paseos con Montaigne (Universo de Letras, 2023) las reflexiones y aprendizajes de toda una vida desde su visión más amplia, trascendental y donde abraza temas como las amistad, el amor, la música, los hijos y un largo etcétera de cuestiones donde todos los lectores pueden sentirse identificados. Sin que sea su principal objetivo, el libro entra en el episodio más delicado de su etapa profesional como secretario del Ayuntamiento de Torredembarra durante la época de su ya exalcalde, Daniel Masagué.

Con la distancia y el aprendizaje que da el tiempo, las dudas iniciales de revivir y plasmar en papel los días en el Ayuntamiento, y a las puertas de cumplirse 10 años de la detención de Massagué -en junio de 2014-, Orihuel describe «el intento de un alcalde de crear una administración paralela y con su interés personal como única premisa válida».

Con un relato lleno de pseudónimos y paralelismos con Michel de Montaigne -que también fue alcalde en Burdeos en 1581- el exsecretario del consistorio torrense describe como el día a día en el Ayuntamiento se volvió «un continuo de desconfianza absoluta hacia mi legitimidad como secretario, hacia todos aquellos funcionarios que trabajaban en él, así como todas las estrategias que seguí para, a pesar de las dificultades, seguir a flote».

En sus propias palabras, el exalcalde Daniel Massagué es «una persona que no admitía como son las instituciones públicas ni dónde estaba el límite entre la democracia, el estado de derecho y la autoridad independiente que tienen los profesionales de la administración».

«El sistema democrático y ser elegido en unas elecciones no te dan un poder ilimitado», asegura Orihuel, que insiste que «la legitimidad que tiene un alcalde y un funcionario son la misma, aunque están en ámbitos diferentes».

Entre los episodios que Orihuel más lamenta son las «sesiones plenarias en las que tenía que escuchar, sin poder defenderme, cómo se me atacaba en público».

Contento con la acogida que ha tenido el relato donde la crítica lo ha posicionado como uno de los más interesantes del pasado año, Orihuel admite que se siente «liberado» después de haber escrito un libro que considera honesto con los hechos y que aportará conocimientos de qué sucedió en Torredembarra durante los años del alcalde de CDC. «Ayudará a entender la trama y conocer la visión desde dentro de la institución», afirma.

Con el paso de los años, Orihuel llegó a dos conclusiones. La primera de ellas es que tanto él como la propia administración «sobrevivieron al ataque continuado» de un alcalde y de su equipo de colaboradores y, por otro, que «tendría que haber hecho más para denunciar lo que sucedía en el consistorio», más allá de la que ya presentó en la Oficina Antifraude.

Tras la salida de Masagué el consistorio volvió a funcionar sin la tensión que él provocaba

Finalmente, con la detención de Masagué, Orihuel relata que la dinámica municipal «no cambió de forma inmediata» ya que las fuerzas políticas eran las mismas, pero todo volvió a su cauce con la llegada de Eduard Rovira. Hasta el día de su jubilación -en julio de 2023-, Orihuel narra que la administración local dejó de trabajar con la «tensión extrema que provocaba Daniel Masagué».

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