El origen fundacional del poblado de La Cella de Salou es griego. El equipo de arqueólogos ha encontrado elementos de cobertura de techos en la campaña arqueológica de este agosto que corroboran las hipótesis e indicios que tenían desde que comenzaron las excavaciones en el yacimiento en 2010.
Los responsables de la actuación también destacan el urbanismo del asentamiento. “Todas las casas tienen una estructura muy similar, que va de los 90 a los 120 metros cuadrados, y parcelas muy igualitarias”, señala Ivan Cots, codirector de las excavaciones. Aunque el origen del poblado está relacionado con el mundo helénico, los investigadores subrayan que se trataba de una población “multicultural”, donde convivían íberos y púnicos.
La campaña de excavaciones en el poblado de La Cella de Salou comenzó a principios de este mes de agosto y se prolongará algunas semanas más. Aunque los trabajos aún no han terminado, el equipo de arqueólogos, encabezado por el profesor del Departamento de Historia e Historia del Arte de la Universidad Rovira i Virgili (URV), Jordi Diloli, y por el arqueólogo y codirector de la excavación, Ivan Cots, ya ha logrado los primeros resultados.
Determinar quién fundó este poblado era una de las incógnitas pendientes de resolver desde hace años. Aunque los indicios apuntaban a los griegos, hasta este año no se había podido demostrar.
“Estamos encontrando algún elemento constructivo que nos señala hacia ese mundo griego. Esto es una novedad reciente. Hemos encontrado un tipo de cobertura de techos, que también encontramos en asentamientos griegos y, posteriormente, romanos”, asegura Diloli. Asimismo, el tipo y tamaño de las edificaciones encontradas en la excavación también son de origen griego. “Es un urbanismo muy bien definido, muy bien ortogonal, que está formado por diferentes estancias, pero todas ellas siguiendo siempre un mismo patrón”, indica Cots.
A su vez, destaca que las parcelas eran muy igualitarias. “Son personas que llegan y se reparten la parcela como iguales, y eso es un rasgo muy característico de estas primeras fundaciones griegas. Unas fundaciones que nunca deberíamos vincular a lo que es una colonia, sino que siempre serían un emporio, un simple lugar de comercio”, comenta el codirector. “Todas las casas tienen una estructura muy similar, que va de los 90 a los 120 metros cuadrados, todo es muy igualitario, no destaca ningún edificio sobre el resto”, insiste.
Este año, las excavaciones se han centrado en un área de más de 550 metros cuadrados del yacimiento que se encuentra en terrenos del puerto de Tarragona—que ha financiado los trabajos—, los cuales están adyacentes a la parte ya excavada y consolidada por el Ayuntamiento de Salou, que es el otro propietario. “Teníamos los indicios, y como hemos duplicado casi la extensión del yacimiento, también hemos podido duplicar nuestra hipótesis de trabajo”, asegura Cots.
Paralelamente, los responsables de la campaña recuerdan que La Cella es un yacimiento “singular” en todo el litoral mediterráneo peninsular porque se trata de un asentamiento “complejo y diferenciado” del conjunto de otros poblados protohistóricos de la Cessetania, tanto por sus singularidades constructivas como por una cronología inusual, ya que data desde inicios del siglo IV hasta mediados del siglo III a.C., es decir, aproximadamente del 400 al 250-40 a.C. De hecho, explican que ni su fundación ni su abandono responden a los parámetros “más habituales” en esta región en época ibérica.
“Actualmente, no hay ningún otro asentamiento en Cataluña, con esta cronología, que tenga un sistema urbanístico de estas características, con la casa más pequeña de 90 metros cuadrados; eso es impensable en cualquier otro asentamiento indígena que tengamos actualmente”, detalla Diloli.
Producción de vino
Según Diloli, los recipientes analizados procedentes del yacimiento certifican la existencia de vino en el poblado. Sin embargo, los trabajos no han podido confirmar si allí se producía. “Teníamos cerámicas, tanto indígenas como de fuera, que nos apuntaban que habían contenido vino. Que el vino sea de aquí o que venga de fuera queda en el aire”, admite. Además, el profesor recuerda que el vino está muy asociado tanto al mundo griego como al púnico, y previamente, al fenicio. “Los íberos lo hacen suyo, por lo tanto, es una zona donde sabemos que desde muy antiguo había viñedos. No me extrañaría nada que se produjera aquí”, apunta.
En cuanto a los hallazgos, los arqueólogos señalan que han encontrado una “gran cantidad” de materiales de importación, alrededor del 30%. Estos proceden de los intercambios comerciales que se realizaban entre Ebussus (isla de Ibiza), las colonias griegas de Massalia (Marsella), la Magna Grecia (Sicilia y sur de Italia). Por todo ello, los expertos sostienen que estos vestigios demuestran la existencia de muchas culturas en el emplazamiento salouense, que acogió a íberos, griegos y cartagineses.
Sin calendario ni presupuesto
Una vez se excave todo el sector meridional, el equipo de arqueólogos documentará fotográficamente las estructuras arqueológicas localizadas y se levantará la planimetría correspondiente en soporte digital, así como los niveles estratigráficos exhumados que también serán acotados. El objetivo de estas actuaciones será mantener una reproducción “fiel” de todos los paramentos originales para consolidarlos y adecuarlos más adelante. Según Diloli, la museización del espacio aún no tiene fecha ni presupuesto. “La museización permitirá que cualquier persona que venga pueda entender lo que hay aquí. Por eso, también trabajamos con la realidad virtual, los modelos 3D, tenemos alguna casa que ya hemos terminado”, concluye el profesor.