Se presentó desde el gobierno de Calafell (PSC-Junts) como una iniciativa que destacaba por su singularidad, pero que también encontró el rechazo de grupos de vecinos y de partidos de la oposición.
La iniciativa era que históricas carrozas del Circo Raluy Legacy, algunas casi centenarias, se dispersaran en diferentes zonas del parque de la Sínia, un gran área verde vallada en el centro urbano.
Esas carrozas acogerían una oferta turística y de ocio que podría ser desde gastronómica a una habitación de hotel para conocer cómo es la vida de los artistas y de las familias dedicadas al mundo del circo y donde podría pernoctarse.
Cesión de espacio
Los vecinos más cercanos al parque rechazaban esa iniciativa al temer que podrían generarse ruidos y molestias, además de suponer una cesión de espacio público a lo que de hecho, pese a ser el circo una actividad artística y cultural, no dejaba de ser para una empresa privada.
Los contrarios al proyecto acudieron incluso a la Oficina Antifraude de Catalunya por si en el convenio entre el Ayuntamiento y el Circo Raluy había algún tipo de irregularidad por la cesión de espacios públicos. Además de zonas del parque para las carrozas, en el antiguo mercado se habilita una escuela de circo y se cede espacio en el parque empresarial para material y vehículos.
El equipo de gobierno señala que no hay espacios adecuados y no podría garantizarse la seguridad
Pero no habrá carromatos en el parque de la Sínia. El Diari ha podido conformar que ese proyecto queda descartado ya que no habría espacios adecuados y no estaba garantizada la seguridad para el material que quedaría expuesto como piezas de museo.
La plataforma Salvem el nostre Parc de la Sínia organizó protestas en contra de que las históricas carrozas ocupasen espacios verdes en detrimento de zonas de juegos para niños o de descanso.
Así, el parque seguirá como hasta ahora, pero contempla aumentar el arbolado para potenciar su función ambiental y también de refugio climático. Muchos usuarios señalan precisamente esa falta de sombra y de frecor.
La escuela
¿Y la escuela de circo? El convenio entre el Ayuntamiento y el circo Raluy Legacy contempla además habilitar una escuela de ese arte en el antiguo mercado, donde además se habilita un chiquipark.
El alcalde Ramon Ferré explica que se mantiene esa iniciativa que considera que puede ser un atractivo turístico y referente para conocer o formarse en el mundo del circo.
«Se está acabando de habilitar», explica Ferré, que añade que el proyecto se ha ampliado y junto al edificio del mercado, donde ahora está el Banco de Alimentos, se ganará un espacio visitable con elementos históricos de la compañía circense.
El consistorio apunta que el banco de alimentos no necesitará ese espacio ya que el reparto de comida a las familias que lo necesiten pasa a hacerse mediante una tarjeta con la que podrán recibir alimento, también fresco, en diferentes comercios.
