El expresident de la Generalitat Carles Puigdemont ha anunciado este miércoles que ha «emprendido el viaje de retorno del exilio» para intentar asistir al pleno de investidura de Salvador Illa y JxCat ya ha convocado un acto de recibimiento en Barcelona para mañana jueves a las 09.00 horas. El acto, en el paseo Lluís Companys, cerca del Parlament y delante de la sede del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, está previsto que se celebre justo antes de que, a las 10.00 horas, se inicie el debate de investidura de Illa. Si Puigdemont fuese detenido, fuentes parlamentarias dan por hecho que el pleno sería suspendido por el presidente de la cámara catalana, Josep Rull.
El Parlament de Catalunya ha convocat a tots els diputats al debat d’investidura del pròxim president de la Generalitat. Jo hi he de ser i hi vull ser. Per això he emprès el viatge de retorn des de l’exili. pic.twitter.com/jcO5MA8czX
— krls.eth / Carles Puigdemont (@KRLS) August 7, 2024
¿Qué escenarios se plantean ante el regreso de Puigdemont?
Pese a la entrada en vigor de la ley de amnistía, el Tribunal Supremo rechazó que esta pudiera aplicarse por los cargos de malversación que pesan contra el expresident. Por ese motivo, al regresar a España, Puigdemont sería detenido y trasladado al juzgado de guardia más cercano y puesto a disposición del juez, que le comunicaría su procesamiento por cargos de malversación agravada y desobediencia.
En este escenario, la defensa de Puigdemont podría optar por plantear un habeas corpus para que la detención quedase sin efecto al considerarla ilegal, por lo que el juez tendría que resolver esta petición. Para llevar a cabo esta opción, Puigdemont debería acudir en primer lugar a la Sala de Apelaciones del Supremo y, después, escalar hasta el Tribunal Constitucional. Es precisamente en el TC donde el expresident podría encontrar la vía para librarse de la prisión gracias a que la sala de Vacaciones que opera en este mes de agosto está conformada con mayoría progresista. De ahí que se pueda entender que el TC sería favorable a una suspensión cautelar.
El actual presidente de la sala de Vacaciones, Cándido Conde-Pumpido, podría convocar un pleno extraordinario de urgencia debido a la relevancia del caso. Por último, su defensa también podría implicar a Europa forzando una cautelar por persecución política en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
En el caso de que se rechazara el habeas corpus, sería el instructor del Supremo, Pablo Llarena, quien tendría que decidir si las fuerzas de seguridad deberían trasladar a Puigdemont a Madrid, para celebrar una vista para decidir si le envía a prisión, por ejemplo por riesgo de fuga, si alguna de las partes personadas lo solicita -Vox ya anunciado que lo haría-.
Por contra, si Llarena decidiera dejarlo en libertad una vez comunicado su procesamiento, se le podrían imponer medidas menos duras como la retirada del pasaporte y la prohibición de salir de España para evitar una nueva fuga.
¿Cuál sería la pena?
A la espera de lo que pueda suceder mañana y de cómo avanzaría el proceso legal, sí existe un precedente de una causa juzgada ya por los mismos delitos: la de Oriol Junqueras. En el caso del exlíder de Esquerra Republicana la condena fue de 13 años de prisión y 13 más de inhabilitación. Una pena que finalmente fue extinta por el indulto que emitió el Gobierno en 2021, aunque la inhabilitación continúa vigente.
¿Y si Puigdemont llega hasta el Parlament sin ser detenido?
El caso menos probable, pero aún así existente, es el de que Carles Puigdemont lograra llegar hasta las puertas del Parlament, pese al amplio dispositivo que ya han anunciado los Mossos d’Esquadra. Si se diera esa situación, el presidente de la Cámara catalana, Josep Rull, ya ha anunciado que impediría que la policía detuviese a ningún diputado dentro del edificio. “Dentro del Parlament, el presidente no será detenido. Tenemos un protocolo vigente y operativo y que me encargaré de que se cumpla íntegramente: ningún diputado puede ser detenido ni retenido dentro del Parlament”, asegura Rull.