Funcionarios penitenciarios de las cárceles de Catalunya y familiares de Núria López, la cocinera que trabajaba en la cárcel de Tarragona (el centro penitenciario de Mas d’Enric) se han reunido esta tarde por espacio de casi dos horas con el presidente del Parlament, Josep Rull.
El motivo de la reunión era exponer al presidente del Parlament la situación de las cárceles de Catalunya en materia de seguridad, en aspectos laborales... y mostrar al político de Junts dos casos, dos «puntas de iceberg», que reflejan el desajuste de muchos aspectos entre la relación laboral de presos y funcionarios.
El asesinato de Núria López, del pasado 13 de marzo en Mas d’Enric, o las secuelas que sufrió Julián en la cárcel de Brians 2, en diciembre, son dos casos que el presidente del Parlament ha escuchado de primera mano y ha servido para que la delegación de funcionarios de prisiones y Marea Blava argumentar una revisión de los protocolos de seguridad en las prisiones catalanas.
Es la primera vez que un presidente del Parlament de Catalunya se reúne con personal penitenciario
Según fuentes de Marea Blava y de los funcionarios penitenciarios, el presidente catalán se ha comprometido a trasladar el contenido de la reunión al Departament de Justícia, conselleria que preside Gemma Ubasart de forma provisional a la espera de configurarse el nuevo Govern de la Generalitat; y también exportar estas reclamaciones a los diferentes grupos políticos representados en el Parlament.
Sin embargo, la parte que más esperanza ha causado entre los trabajadores de las cárceles es que Rull «ha asumido el compromiso que los letrados del Parlament estudien la viabilidad de considerar agentes de la autoridad a los funcionarios de prisiones», explican las mismas fuentes.
Los funcionarios de prisiones representados en esta reunión han remarcado la comprensión del presidente Rull, un político que conoce la cárcel por dentro; ya que su condena del 1-O le ha llevado desde Estremera, hasta Soto del Real y, finalmente, a Lledoners.
