El mundo atisba el apocalipsis digital tras un error global en los sistemas de Microsoft

La caída de Windows afectó a infraestructuras como el aeropuerto de Reus, donde varios vuelos resultaron retrasados y las compañías tuvieron que registar a mano a los viajeros

19 julio 2024 23:32 | Actualizado a 20 julio 2024 07:00
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La sombra del apocalipsis digital sobrevoló ayer medio planeta y nos acompañará aún algunos días. «Durante semanas», apunta el periodista y experto en tecnología Albert Cuesta. Los sistemas informáticos de Microsoft –Windows– cayeron ayer globalmente por culpa de una actualización errónea de uno de sus proveedores de ciberseguridad: Crowdstrike. El fallo afectó a bancos, empresas, televisiones y aeropuertos.

En España, los problemas más evidentes se notaron en las infraestructuras dependientes de Aena. Aeropuertos como el de Reus o El Prat tuvieron que retrasar vuelos. Y las compañías aéreas, muchas de las cuales también vieron afectados sus propios sistemas, se vieron obligadas a hacer el check-in de los pasajeros manualmente.

Según Aena, se produjeron 105 cancelaciones en la red de aeropuertos de todo el estado y se gestionaron 3.520 operaciones. También se vieron afectadas las gasolineras de Repsol, Iberdrola, aerolíneas estadounidenses –que dejaron sus aparatos en tierra durante buena parte del día–, canales de televisión como Sky News, o el sistema ferroviario y la seguridad social del Reino Unido.

«Es estraño que sucedan estas cosas», opina el catedrático de ciencia de la computación de la Universitat Rovira i Virgili (URV), Josep Domingo Ferrer. «Este tipo de actualizaciones se suelen hacer tras muchas pruebas. Todavía no hay información sobre qué ha podido fallar», añade.

Cuesta, por su parte, augura una lenta recuperación de la debacle del viernes, aunque muchas instituciones y empresas se apresuraron ayer a indicar que ya estaban solucionando el problema. «No se puede aplicar una solución de manera remota. Habrá muchos informáticos que no tendrán fiesta este fin de semana. Hay que ir ordenador por ordenador, encenderlo de manera segura, y eliminar el fichero defectuoso», indica.

El periodista alerta también que la caída de los sistemas de Microsoft pueden ser aprovechados por delincuentes cibernéticos, y que fallos como los de ayer suponen una gran vulnerabilidad. Domingo, por su parte, duda que los hackers pudieran servirse de la situación para sus fines ilícitos, aunque no descarta que haya quien esté tomando notas del fallo para el futuro. «Podrían estudiar el error e internar reproducirlo», dice.

En lo que ambos coinciden es en destacar el peligro que supone que uno de los grandes gigantes tecnológicos, ya sea Google, Microsoft o Apple, caiga de esta manera. «Las grandes empresas tienen muchos recursos, pero no son infalibles. Dependemos de una estructura frágil», indica Cuesta.

En el aeropuerto de Reus se produjeron tediosas esperas y largas colas de turistas desorientados

«Que caiga Meta [propieraria de Whatsapp o Facebook] nos afecta mucho menos. No nos aporta nada. Pero Microsoft lo necesitamos», añade el experto, que recuerda que la compañía norteamericana es el principal proveedor informático en el ámbito empresarial e institucional.

«Resulta alarmante que dependamos de estas pocas empresas», añade Domingo. «Hay graves problemas de globalización. Todos dependen de pocos proveedores. Todo lo que hagan tiene un impacto muy grande. Estamos a merced de que hagan bien su trabajo», concluye el catedrático.

Afectaciones locales

Ayer, la estampa en el aeropuerto de Reus fue de lo más activa: en verano y con la incidencia informática, se viveron largas colas, tediosas esperas, y un ir y venir constante de personas con dudas. La información sobre los avances para arreglar el problema informático llegaron a cuenta gotas por parte de las compañías aéreas, o fueron, incluso, inexistentes. Iberia y Ryanair declinaron hablar con los medios.

A lo largo de la mañana, pasaron por las instalaciones del aeropuerto una gran cantidad de turistas desorientados y atentos al móvil. Al principio, para ver qué sucedía, y luego, para ver cómo evolucionaba el asunto. Entre esperas en la cola para un check-in en persona algo más laborioso, y las idas y venidas a un panel lleno de retrasos, los hubo que hicieron tiempo en la zona de restauración.

Fue el caso del grupo de Mary, Emily, Poppy, Sasha y Ruby, que indicaron que llevaban mucho tiempo esperando su vuelo a Londres. «No podemos formalizar nuestro check-in por teléfono, hay que hacerlo en persona, solo nos queda esperar», explicaron. Se las veía animadas a pesar de todo. Otros viajeros, sobre todo familias, fueron a descansar a los bancos y los niños jugaron por las dependencias.

El colectivo de taxistas de Reus también notó de cerca las incidencias de la caída de Microsoft. Llegados al mediodía de ayer, varios conductores se dirigieron a la entrada del aeropuerto de Reus para absorber el grueso de turistas que llegó, dijeron, «de golpe», al haberse retrasado muchos de los vuelos que aterrizaban alrededor de las 13 horas. El sector ativó un protocolo para este tipo de situaciones, con el fin de «atender a todo turista que llegase de su vuelo, pues no lo haría de forma escalonada, como sería lo normal», y había que estar preparados«, dijeron varios taxistas al Diari.

Patricia Moreno, secretaria de la agrupación de taxis de la ciudad, expuso que «realmente» notaron la incidencia. «A pesar de llegar yo algo más tarde, sobre las 11 horas, tuvimos que esperar a que salieran todos los turistas, había que estar disponible por si alguien solicitaba nuestro servicio; y, siempre que hay problemas dentro del aeropuerto, a nosotros nos repercute», dijo.

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