Este mediodía, la cap del Servei del Patrimoni Arqueològic i Paleontològic del departament de Cultura de la Generalitat, Maria Teresa Miró Alaix; la consellera de Cultura del Consell Comarcal de la Conca de Barberà, Sílvia Iturria i March; l’alcalde de Vimbodí i Poblet, Joan Canela Rios y el director de l’IPHES-CERCA, Robert Sala i Ramos han participado en la presentación de los restos humanos recuperados en el yacimiento arqueológico del Molí del Salt (Conca de Barberà) junto con los directores de las excavaciones Manuel Vaquero, investigador del IPHES-CERCA y professor de la Universitat Rovira i Virgili y Susana Alonso, investigadora del IPHES-CERCA.
Los trabajos llevados a cabo durante el pasado mes de mayo en el yacimiento del Molí del Sal formarán parte de la historia de la evolución humana i la Prehistoria catalana. La excavación del nivel B2 ha sorprendido a los investigadores con un hallazgo excepcional. Se trata de los restos de una mandíbula humana perteneciente a un individuo infantil de unos 4-5 años de edad con una cronología en torno a los 15.000 años antes del presente.
Desde el punto de vista taxonómico, este individuo corresponde, como todas las poblaciones fósiles del Paleolítico Superior, a nuestra especie, el Homo sapiens. La mandíbula está prácticamente entera, aunque se ha encontrado rota en dos fragmentos. Conserva parte de la dentición, concretamente dos molares deciduos a cada lado.
Se halló asociada espacialmente a una estructura de piedras de planta semicircular que podría haber sido construida por los humanos. Sin embargo, la relación entre esta estructura y los restos humanos todavía está por determinar y probablemente por eso habrá que esperar a la finalización de los trabajos en este nivel. En caso de confirmarse esta relación, es probable que aparezcan más restos humanos en próximas campañas.
En la Península Ibérica, el hallazgo de restos humanos del Paleolítico Superior es algo excepcional. En el caso específico del final del Magdaleniense, la mayoría de los restos son hallazgos aislados, a menudo recuperados en excavaciones antiguas. La mandíbula del Molí del Salt se suma a los pocos yacimientos catalanes que han proporcionado restos de este período, como la Balma de Guilanyà (Solsonès) o la Cueva Grande (La Noguera), y se convierte en el fósil humano más antiguo hallado hasta ahora al sur de Catalunya.
La mandíbula ha sido objeto de una laboriosa limpieza por parte de la técnica restauradora del IPHES-CERCA Gala Gómez, para que pueda ser manipulada por su posterior estudio.
A partir de ahora se realizarán un conjunto de analíticas que permitirán a los investigadores obtener una información muy valiosa sobre estas poblaciones. Los estudios genéticos permitirán establecer la relación con otras poblaciones contemporáneas, así como con poblaciones anteriores y posteriores
Los datos disponibles en ese momento indican que el final del Paleolítico Superior fue un momento muy dinámico desde el punto de vista demográfico, con la llegada de nuevos grupos humanos que sustituyeron o se mezclaron con los que vivían en Europa hasta ese momento. En caso de que se pueda extraer ADN de la mandíbula del Molí del Salt se podrá establecer el papel de las poblaciones del sur de Catalunya en estas dinámicas demográficas. Por otra parte, los estudios isotópicos y de desgaste dentario aportarán datos fundamentales para conocer la dieta de los individuos infantiles en estos estadios finales del Paleolítico Superior.
Un campamento de cazadores-recolectores
El yacimiento del Molí del Salt se localiza en el margen izquierdo del río Milans (pequeño afluente del río Francolí), en el término municipal de Vimbodí y Poblet (Conca de Barberà). Se trata de un abrigo de conglomerados situado en una zona de transición entre las montañas de Prades y la Depresión Central catalana. Su ubicación, en una vía de comunicación natural como lo es el valle del Francolí y el pie de las montañas de Prades, es especialmente apropiada en el contexto de una forma de vida cazadora-recolectora, en la que la movilidad y el acceso a una diversidad de recursos naturales son aspectos esenciales. Esto explica que el Molí del Salt fuera ocupado de forma intermitente por poblaciones de finales del paleolítico superior a lo largo de más de 2.000 años.
Las excavaciones arqueológicas que se llevan a cabo desde el año 1999 han descubierto una secuencia estratigráfica de unos 2,5 metros de potencia con una importante secuencia de ocupaciones humanas correspondientes al Mesolítico y al Paleolítico Superior, datadas entre los 9.000 y los 15.000 años antes del presente. Sin embargo, la parte principal de la secuencia es la comprendida entre los 13.000 y los 15.000 años antes del presente, cuando tuvieron lugar las ocupaciones del fin del Paleolítico Superior.
Desde el punto de vista cultural, se trata de los últimos momentos del período que se conoce como Magdaleniense. Durante este tiempo, el yacimiento funcionó sobre todo como campamento residencial de poblaciones de cazadores-recolectores nómadas, que se instalaban de vez en cuando en este lugar.
Hasta ahora, el yacimiento del Molí del Salt ha proporcionado más de 50.000 restos arqueológicos, la mayoría herramientas de piedra y huesos de los animales que comían estas poblaciones de cazadores-recolectores. Como es habitual en los yacimientos de esta cronología que se encuentran en la vertiente mediterránea peninsular, la mayoría de los restos de fauna corresponden a conejos. Sin embargo, hay también restos de animales más grandes, como ciervos, cabras y jabalíes. Todas presentan evidencias claras (marcas de corte y fracturas) que indican que los animales fueron cazados y consumidos por humanos.
En cuanto a los utensilios de piedra, casi todas son de sílex, material bastante abundante en torno al yacimiento. Se encuentra todo el abanico de herramientas típicas de un campamento de cazadores, tanto herramientas domésticas utilizadas en diferentes actividades (trabajo de las pieles, procesamiento de los recursos animales y vegetales) como puntas de proyectil utilizadas para la cacería.
Piezas de arte mueble únicas en el mundo
Una de las singularidades del yacimiento del Molí del Salt es que ha proporcionado una importante colección de piezas de arte mueble, que lo ha convertido en un referente para el estudio del arte mueble paleolítico, no sólo en Catalunya, sino también en el conjunto de la Península ibérica. Con una veintena de cantos rodados y placas de esquistos grabados, es ahora mismo la colección de arte mueble paleolítico más importante de Catalunya.
Cabe recordar que las evidencias de arte paleolítico siempre habían sido muy escasas en Catalunya, lo que representaba una clara anomalía en relación con el resto de la península.
La mayoría de los grabados corresponden a figuras de animales (ciervos, caballos, bueyes), pero de este conjunto de piezas descubiertas en el Molí del Salt sobresale una placa de esquisto con una serie de grabados muy especial. Los motivos semicirculares se han interpretado como la representación de cabañas, ya que su forma y las proporciones responden a las características que se han observado en las estructuras de hábitat construidas por grupos de cazadores-recolectores contemporáneos.
El conjunto de la composición correspondería, por tanto, a la representación de un campamento, posiblemente lo que podría haber habido ante el abrigo en el momento en que se hizo el grabado. Esta placa de esquisto se ha interpretado como un mapa de un campamento de cazadores de hace más de 13.000 años y es único en el mundo.