Creo que no había visto la cara de Salvador Illa tantas veces como hace unos días en la entrada de la sede del PSC en Tarragona. He quedado aquí con Rosa Maria Ibarra, candidata del partido socialista por Tarragona, acaba de arrancar la campaña electoral y claro, tienen todo el arsenal a punto.
Aún huele a copistería, a recién impreso. Ya había estado anteriormente pero me sigue sorprendiendo la amplitud del espacio y también de algún Ballesteros que leí en un cartel mientras íbamos al final de la sala para hacer la entrevista.
Nos sentamos en una mesa negra muy larga, una frente a la otra. La noto un poco nerviosa o quizás ajetreada, pero sonriente, así que le devuelvo la sonrisa y empezamos, pero antes le pregunto su fecha de cumpleaños. 10 de septiembre. Y se me adelanta al decir que su signo del horóscopo es virgo.
Y aunque lo ha dicho con mucha rapidez y asegura que le cuadran algunos de los rasgos generales del signo, afirma que no cree ni lee las predicciones. Los virgos se definen como exigentes, pacientes y analíticos. Veremos si con esta entrevista descubrimos el espíritu virgo en Ibarra. Ahora sí, empezamos.
Define la campaña que va a llevar a cabo con su partido como intensa pero con una visión muy positiva, afirma muy convencida que el PSC es el único partido con el que pasar página en Catalunya. Algo que, según ella, no pasará con el independentismo y mucho menos con Puigdemont.
¿Del 1 al 10, cuántas ganas tiene de que vuelva? Contesta rápido y con media sonrisa que un uno porque no le he dado la opción de cero.
Son las 16 de la tarde pero Ibarra lleva ya muchas horas en pie. Le pregunto por su rutina diaria y coge aire. Se levanta sobre las seis de la mañana para prepararse, coger el coche y llegar a las nueve puntual al Parlament de dónde solo sale para comer y volver a casa.
Llega a Valls sobre las 20.30h, es por eso que cuando menciono la palabra «afterwork» se ríe y me comenta que no tiene mucho tiempo y que cuando llega aún tiene cosas que hacer o que prefiere descansar. Vella o Joves? Es inevitable hablar de castells con una vallenca e Ibarra lo reconoce, es parte del ADN de su cultura.
Antes de contestar se ríe y se quita la americana. Los castells siempre son un tema delicado, pero en Valls aún más. Afirma no tener ninguna camisa y disfrutar de las actuaciones de las dos collas por igual, pero explica que ahora uno de sus dos hijos pertenece a la Colla Vella dels Xiquets de Valls, así que la mirada sí que se decanta para un lado.
Cambio de tema, o mejor dicho de sintonía. Le pregunto sobre la música que escucha, dice que la radio manda, ya que disfruta de diferentes emisoras en sus trayectos en coche, y que le gusta todo tipo de música. Bueno, casi todo. Según Ibarra, algunas de las letras de canciones de reggaeton son «aberrantes».
Si tuviera que ir a un concierto elegiría uno de La Oreja de Van Gogh o de Joan Dausà.
PEC. Estas tres letras le cambian la cara a Ibarra cuando hablamos sobre el lenguaje de las nuevas generaciones. Se sorprende al conocer el significado (por el culo) y reconoce que no lo ha escuchado nunca.
Respecto a las redes sociales, afirma que ahora tiene una buena relación, pero que hace tiempo vivió situaciones muy desagradables al recibir mensajes muy ofensivos, especialmente en la época del procés. La cara seria y la mirada triste me da entender que aunque hayan pasado años, aún lo tiene muy presente.
Pasamos de las pantallas a la vida real, le pregunto en qué lugar de Valls puede desconectar de todo. Sonríe al pronunciar la vista panorámica que se puede ver de Valls desde El Vilà. Más allá de la preciosa fotografía, según Ibarra, son muchos los recuerdos que hacen especial este lugar.
Acabamos la entrevista con un deseo y una apuesta. ¿Qué le gustaría para Catalunya este 2024? Reflexiona unos segundos pero parece tener la respuesta clara. «Avanzar y recuperar 10 años perdidos».
¿Y cuál es su porra? ¿Ve a su partido gobernando? Confiada pero prudente, Ibarra asiente, y expresa que Salvador Illa será el nuevo presidente. Y respecto al duelo independentista, no ve tan clara la subida de Junts y considera que el resultado de Puigdemont y Aragonés estará bastante igualado.
Me despido mirando los carteles de Salvador Illa y deseando suerte a Ibarra consciente que tiene un gran reto por delante: cumplir sus deseos, sus expectativas y su realidad.