El impulso económico de España en los últimos dos años se ha basado en turismo y exportaciones. Ambas patas de la economía han registrado un récord de ingresos en 2023 y en 2024. El turismo ha logrado desestacionalizar las llegadas y, en gran medida, expandirlo a más zonas del país. Las ventas de bienes al extranjero se han disparado desde la pandemia, sobre todo las de alimentación y productos energéticos. El problema ahora es que ambas patas están comenzando a tocar techo, lo que afectará al crecimiento del producto interior bruto (PIB).
Mientras que España creció un 2,7% en 2023 y rondará el 3% en 2024, para el año que viene organismos como el Banco de España o el FMI calculan un avance del PIB en torno al 2,1% y que no llegue al 2% en 2026. Un crecimiento por debajo del 2% no se veía desde antes de la pandemia y revela la ralentización que supondrá un estancamiento de las exportaciones. Raymond Torres, director de Coyuntura de Funcas, explica que el sector exterior ha sido «clave» en el elevado crecimiento desde que salimos de la pandemia. En 2023 aportó la tercera parte del crecimiento total, y este año alrededor de un 20%, porcentajes «muy significativos tanto a nivel histórico como de comparación internacional».
Los datos apuntan a que España seguirá siendo el país de la eurozona que mantenga un crecimiento más elevado durante los próximos años, pero la denominación de locomotora europea que le había robado a Alemania desde el fin de la pandemia podría tener los meses contados.
Las ventas al extranjero dejaron de enero a septiembre 286.806 millones de euros, la segunda mejor cifra de la serie histórica, pero es un 0,3% más baja que en el mismo periodo de 2023. «El estancamiento de las exportaciones españolas es un hecho preocupante», afirman desde el Club de Exportadores e Inversores, donde inciden en que las cifras hechas públicas hace unos días por el ministerio se refieren al valor de los productos exportados y no a su volumen, «cuya reducción cabe deducir que habrá sido superior al porcentaje indicado habida cuenta de la inflación en España este año». Según los exportadores, las «constantes subidas de coste laborales y fiscales» acaban repercutiendo en los precios y «nos hacen menos competitivos», lo que es «particularmente grave en Europa», la única región donde España tiene superávit en la balanza comercial.
Según este organismo, los datos indican que la aportación del sector exterior al crecimiento del PIB «es muy limitada y no proviene del aumento de nuestras ventas al exterior, sino de la disminución de la importación». Así, el importante crecimiento del PIB en España «proviene en gran parte de una fuerte subida del consumo público, con sus negativas repercusiones en materia de gasto público, déficit, y crecimiento de la deuda y la presión fiscal», advierten.
El director de coyuntura de Funcas explica las exportaciones de bienes podrían seguir estancadas, sobre todo teniendo en cuenta las perspectivas de bajo crecimiento europeo y la escalada proteccionista a nivel comercial con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.