Oriol Amat es director del Programa Ejecutivo de Empresa Familiar y los Retos del siglo XXI: Profesionalización, Gobernanza, Innovación y Cambio Generacional, que ofrece una visión integrada de los desafíos específicos que enfrentan las empresas familiares, y proporciona las herramientas necesarias para su gestión y sostenibilidad a largo plazo. En este artículo repasa las claves de las empresas familiares exitosas.
Crear y hacer crecer una empresa es un desafío complejo. Según diversos estudios, la esperanza de vida de una empresa que logra superar el primer año se sitúa, en promedio, entre 12 y 15 años. Sin embargo, algunas han logrado resistir durante muchos más años, superando crisis económicas, cambios tecnológicos y nuevas tendencias de mercado. En Tarragona está, por ejemplo Gomà-Camps, fundada en 1758. Según ASCEF y el Instituto de la Empresa Familiar, el 89% de las empresas son de carácter familiar, pero solo el 33% llega a la segunda generación, el 13% a la tercera y apenas el 2% alcanzan la cuarta.
El estudio de las empresas familiares y longevas permite identificar ciertos factores distintivos que explican su éxito. Algunos factores están ligados a su carácter familiar y esto explica que, en general, las empresas familiares vivan más años que las no familiares. Suelen estar más atentas a los cambios del entorno y reaccionan con mayor rapidez.
Además, adoptan estrategias de diversificación para no depender de un solo producto o mercado y otorgan gran peso a los valores compartidos, lo que fortalece el compromiso de sus empleados y la cohesión interna. Esto crea una cultura corporativa que favorece la estabilidad y la resiliencia.
También destacan por su prudencia financiera. Priorizan el poco reparto de dividendos y el mantenimiento de una estructura financiera sólida, evitando endeudamientos excesivos. Mientras que muchas empresas cotizadas están sujetas a la presión de los accionistas para obtener beneficios a corto plazo, las empresas familiares tienen una visión de largo plazo. Además, la existencia de un compromiso intergeneracional contribuye a su sostenibilidad.
Como decía J.W.Marriot de Marriot International: «El éxito no es solo ganar dinero, sino dejar un legado para las próximas generaciones». Esta estrategia les permite resistir mejor en períodos de recesión económica.
Las empresas familiares exitosas priorizan la calidad del producto y la satisfacción del cliente a largo plazo, incluso si esto implica mantener productos poco rentables pero altamente valorados por sus clientes. Esta estrategia les permite construir relaciones duraderas y fortalecer su reputación en el mercado. Las empresas familiares también suelen tener una mayor lealtad de empleados gracias a una cultura organizativa basada en la confianza, cercanía y rapidez en la toma de decisiones al no depender de estructuras corporativas complejas.
Pero las empresas familiares también tienen desafíos propios de su especial estructura de propiedad que pueden poner en riesgo su continuidad, como la sucesión, la incorporación de familiares sin criterios profesionales claros o los conflictos con parejas y herederos.
Otras fricciones se pueden producir por la distribución de dividendos, ya que algunos miembros pueden priorizar el reparto de beneficios mientras otros apuestan por la reinversión. A diferencia de las empresas no familiares, donde estos procesos suelen estar más estructurados, en las familiares las emociones y los lazos personales pueden dificultar la toma de decisiones.
Sin embargo, cuando estos retos se gestionan con protocolos claros y comunicación efectiva, la familia empresaria se fortalece, asegurando la continuidad y el crecimiento. Sin duda, las empresas que aplican estos principios aumentan sus probabilidades de éxito y logran trascender en el tiempo, construyendo un legado que perdura.
Como decía August Oetker, fundador del grupo Dr. Oetker en 1891 y que, actualmente, cuenta con más de 24.000 empleados y 400 filiales a nivel internacional: «Construir una empresa familiar es como plantar un árbol: si las raíces son fuertes, crecerá y dará frutos durante generaciones».
Oriol Amat es Director del Programa de Transformación de la Empresa Familiar, UPF BSM