Los beneficios empresariales seguirán, si no hay sorpresas, con una evolución muy positiva en el año 2022. Respecto a la previsión de cierre de 2021, la estimación de consenso espera un incremento de resultados del 13,5%, muy similar al crecimiento medio entre 2021 y 2019.
La composición de la variación de beneficio es, sin embargo, muy distinta. Podemos descomponer el crecimiento del beneficio en dos factores: variación de las ventas y variación del margen de beneficios sobre ventas. En los dos últimos años la clave fue la variación de márgenes; las ventas crecieron apenas un 2% en tasa anual pero los márgenes subieron un 25%, contribuyendo 12 puntos al crecimiento de los beneficios. La expectativa para 2022 es que el crecimiento de las ventas y de los beneficios sean prácticamente iguales, con márgenes cayendo ligeramente.
La distribución geográfica es muy distinta: se espera que los márgenes se reduzcan en EE.UU. (que es casi un 60% del índice global) y en los emergentes ex China (lo que quizás sea demasiado pesimista) y suban el resto del mundo y especialmente en Europa.
La expectativa parece razonable. El crecimiento de las ventas es congruente con el del PIB y la evolución de los márgenes supondría una continuación de lo que hemos visto en los últimos trimestres.
Con un crecimiento de más del 10% en beneficios es difícil que las bolsas no suban este año, quizás menos que los beneficios si hay contracción de múltiplos pero, incluso si volviésemos al precio sobre beneficio medio pagado en los cinco años previos a la pandemia, hay margen para una subida de los índices.
Desde el punto de vista de valoración y de su capacidad para generar rentas, la renta variable sigue siendo el activo con mejores expectativas: la rentabilidad por dividendo es elevada y se soporta bien en los beneficios generados.
En cualquier caso, el incremento de riesgos y la progresiva pérdida del apoyo que suponían las políticas económicas universalmente expansivas nos refuerzan en la idea de que el año 2022 va a ser más difícil en los mercados financieros. Eso nos lleva a tener más convicción en la rotación que en la dirección del mercado.
Por geografías mantenemos una preferencia por Europa, con una valoración más atractiva que la de EE.UU. La apuesta por el estilo valor frente al crecimiento sigue pagando pero es necesario mantener una posición equilibrada entre ‘valor defensivo’ frente la ‘valor cíclico’.
En un mercado con tantas oscilaciones es importante mantener la consistencia en las apuestas y la prudencia en el riesgo que aportan.
Agusti Romagosa, CaixaBank Banca Privada.