Narcís Pallarès Domènech, de Sant Jaume dels Domenys, pero residente en Italia desde 2015 ha recibido un premio del Comitè Olímpic Nacional Italià (CONI) por el libro Calcio & Politica. Analiza la relación entre la geopolítica y el mundo del fútbol y cómo países y potencias usan el deporte para sus objetivos estratégicos. El libro lo han elaborado seis investigadores del tema. Pallarès es licenciado en Ciencias Políticas (UAB). En Italia ha ampliado su formación en relaciones internacionales. En primavera habrá una edición actualizada que analizará en Mundial de Qatar Mundial y el proyecto de la European Super League.
Estamos en pleno mundial de fútbol. ¿Ve acciones políticas?
El mundial de fútbol es un evento geopolítico y en segundo lugar, deportivo. Es así desde su creación en Uruguay (1930), donde se organizó la copa del mundo, en parte, para conmemorar el centenario de su independencia. La historia se repite en Catar 2022. Si analizamos el mundial con unas lentes para la geopolítica es un escenario perfecto para observar estos fenómenos.
Han habido gestos.
Acciones políticas y reacciones por los resultados de sus partidos. Irán, donde sus jugadores se negaron a cantar el himno de su país en solidaridad con las mujeres contra el régimen de los ayatolás. Alemania con el gesto de taparse la boca por la falta de respeto de los derechos. Serbia tenía una bandera en el vestuario que mostraba el mapa de Kosovo con los colores de la bandera serbia y con la inscripción Sin rendición.
¿Y eso?
Serbia reclama la soberanía de este nuevo estado, independizado de Serbia en 2018 y con una composición étnica del 90% de Albaneses. La cuestión kosovar ha estado presente entre Serbia y Suiza. En el país helvético juegan dos jugadores de origen kosovar. Celebraron sus goles contra Serbia en el mundial del 2018 con el gesto político del águila bicéfala, símbolo de Albania.
Gestos por todo el mundo.
La victoria de Arabia Saudita contra Argentina simboliza que Qatar y Arabia Saudí trabajan en un acercamiento diplomático. La victoria del país saudita también ha generado sentimientos de júbilo en todo el mundo árabe. La victoria de Marruecos contra Bélgica ha mostrado los problemas de integración que sufre la capital de la Unión Europea con los magrebíes.
Donde no llega el convencimiento con la palabra por parte de estamentos políticos... ¿Se llega mediante el deporte?
El deporte es, desde la fundación de los juegos olímpicos, los antiguos y también los modernos, un instrumento político. Una continuación de las relaciones políticas por otros medios. La otra cara de la moneda de la famosa frase de Von Clausewitz hablando de la guerra. En la guerra encontramos el hard power y en el deporte el soft power.
¿Tan manipulable es el aficionado?
La gran mayoría no presta atención a los hechos geopolíticos que hay detrás del deporte. Muchas veces por una cuestión de cultura política o de poco conocimiento de cómo funcionan las relaciones internacionales y sobre todo las dinámicas de la geopolítica mundial.
Y se usa el fútbol.
Usar un elemento de la cultura popular, como es el fútbol, para convertirlo en una herramienta divulgativa para que el público se pueda orientar en el mapa de la política internacional y las dinámicas geopolíticas. Italia es un ejemplo. Siente pasión por el fútbol y al mismo tiempo es donde los datosdicen que su población es la que menos se interesa por la política internacional de toda la Unión Europea.
Italia como objetivo.
Es, ha sido y será un objeto geopolítico deseado por muchas potencias. Desde Francia y la monarquía hispánica, pasando por Austria. Tras la Segunda Guerra Mundial entró en la órbita de los EE.UU, pero tenía gran influencia de la URSS por el Partido Comunista Italiano. El telón de acero imaginado por Churchill caía en Trieste. Hoy Trieste y su puerto franco, son deseado por la República Popular China para integrarlo en su proyecto geoeconómico de la Nueva Ruta de la Seda, el proyecto universalista de Xi Jinping para afirmar su potencia telúrica en el espacio euroasiático.
Ponga un ejemplo de uso del fútbol para la geoestrategia.
Rusia con su industria del gas, es decir Gazprom. Generoso sponsor de la UEFA antes de la invasión de Ucrania. Aquí hay un uso de la energía para la geoestrategia política que utiliza el fútbol para su proyección. Los EE.UU y la China Popular. Había una paradoja: el deporte más universal, estaba fuera del espacio de dominio de la gran superpotencia global, los EE.UU.
Hasta que...
Fue así hasta un 4 de julio de 1988, cuando Henry Kissinger anunció que el mundial de 1994 se jugaría en EE.UU. Podemos pensar que la liga MLS americana es menor y que no tiene el nivel de las europeas, pero ¿estamos seguros? En fútbol masculino sí, pero si hablamos de fútbol femenino no. La selección nacional de mujeres es el actual campeón y el equipo con más mundiales.
¿Y China?
Ha encontrado el fútbol femenino como espacio de dominio. Deng Xiaoping encuentra espaciospara debutar como potencia futbolística. Organizaron el primer mundial femenino en 1999. En 1996 son medalla de plata en Atlanta, perdiendo la final contra Estados Unidos. China tiene un plan de desarrollo estratégico a medio y largo plazo del fútbol en el periodo 2016-2050. Paralelamente a su plan sera primera potencia mundial en el2049. Xi Jinping quiere organizar un mundial y ganar la Copa del Mundo en el 2050 como colofón a su eventual ascenso al trono mundial.
También habla de los países emergentes.
Las cinco economías emergentes han buscado en el fútbol una proyección. Tres han organizado un mundial, Brasil 2014, Rusia 2018 y Sudáfrica 2010. China ha mostrado interés para los mundiales de 2030 y 2034. India en 2014 creó su Super Liga, inversión de futuro para potenciar este deporte. En Qatar hemos llegando al punto más alto de la globalizacióndel fútbol. Después, con Trump en la Casa Blanca llegó la desglobalización y el próximo mundial será organizado por EE.UU, Canadá y México, un mundial NAFTA.
Y el fútbol es el mejor escenario.
Es el escenario. El estadio más alto de la mundialización como escribió el geopolítologo Pascal Bonfice, precursores del estudio de la relación del fútbol y la política internacional. Es la competición y el espectáculo televisivo más seguido del planeta. El total de espectadores de la última Copa del Mundo ascendió a 3.572 millones, más de la mitad de la población mundial de cuatro o más años según la propia FIFA.
Una tarima única.
El emir de Catar, Tamim Al Thani, es de los pocos Jefes de Estado en el mundo que ha tenido la posibilidad de dar un discurso televisado en directo con una audiencia potencial de todo el planeta. El impacto de su discurso no es tanto para los países occidentales sino por la dimensión dentro del mundo árabe, en oriente medio y el norte de África. El fútbol es una caja de resonancia enorme que encuentra su turbopropulsor con la llegada de la televisión.
¿Que hace Europa?
El proyecto de la Super Liga Europa lo afrontaremos con más profundidad en la nueva edición del libro. Supuso un terremoto con consecuencias que podrían cambiar el modelo de gobernanza del fútbol actual. El fracaso inicial es que no se hicieron las cuentas con la geopolítica y la magnitud del poder que gravita alrededor del balón como fenómeno social total. Boris Johnson, Macron y Draghi aparecieron es escena para frenar el proyecto.
Un caso inaudito.
Hay una crisis de gobernanza en el fútbol actual donde FIFA y UEFA parten y reparten son arte y parte sin tener en cuenta a los clubes que son los que pagan a los jugadores. El tema de la Super Liga Europea está ahora en manos de la justicia europea. De su veredicto podríamos estar delante de un nuevo caso Bosman, que revolucionó el fútbol mundial. En primavera del 2023 saldrá la sentencia.
¿El fútbol fortalecerá a Europa?
La Super Liga tiene que ver con la Unión Europea. La UEFA es un ente de la Europa geográfica pero no política. Tiene sede en Suiza, país extracomunitario. Si la UE quiere dotarse de una autonomía estratégica tendría que tener un plan para el fútbol. Sorprende que la construcción de la identidad europea por parte de Bruselas haya dejado de lado un recurso tan potente como es el fútbol y que está tan arraigado a nivel social en el continente.
El soft power del que habla.
Un activo del soft power europeo que ya está siendo aprovechado por otros actores geopolíticos no europeos. Quizás la Super Liga Europa podría ser una oportunidad para la UE de relanzar su proyecto de unión política y ciudadana usando el fútbol como un elemento más de la construcción de identidad europea y cohesionador de los países miembros.
¿Cómo se hace?
La fórmula podría ser creando una liga supranacional al margen de la UEFA, más competitiva que las ligas nacionales y por qué no, también al margen de la Premier. Brexit es Brexit. Es un tema complejo donde todavía hay mucho que jugar y mucho debate y que no está ni mucho menos cerrado. Y en este caso política y economía han ido de la mano. El volumen de negocio potencial es enorme.
Usted se ha centrado en el fútbol italiano. Especialmente señalado por el control de algunos clubs.
Italiano y no solo. Damos una visión global del fenómeno desde el punto de vista geopolítico, es decir multidimensional, pluridisciplinar y en varias escalas y contextos temporales. En efecto el calcio está dominado por los tres grandes: Juventus, Inter y Milan, seguidos por otros tres secundarios Napoli, Roma y Lazio. Después hay una brecha enorme a todos los niveles; competitivo, económico y de palmarés.
¿Quién domine el fútbol dominará el mundo?
La geopolítica mundial está detrás de todas las competiciones deportivas y del fútbol internacional. El fútbol tiene su propia ONU y su propia red de relaciones internacionales. La FIFA tiene más miembros, 211, que las Naciones Unidas, que tiene 193 miembros. Quien domine el fútbol no dominará el mundo, pero quien quiera dominar el mundo tendrá que dominar todos los espacios y dimensiones posibles, y tener una estrategia para el fútbol. Le ofrecerá un soft power extraordinario y una herramienta de proyección paramantener este dominio global. Es imposible dominar el mundo sin desarrollar una estrategia de soft power, la capacidad de seducción hacia los propios valores sin un uso de la fuerza.
Un mapa del fútbol.
En geopolítica, el instrumento básico es el mapa. El mapamundi de los equipos que representan territorios es más completo para entender la geopolítica que el mapa de la ONU. Si al mapa de la FIFA le sumamos 56 equipos de la Confederación de Asociaciones Independientes de Fútbol, más otros como la selección catalana o la vasca y equipos de la confederaciones africanas como Zanzíbar o Bonaire, entre otras, son unos 280 equipos que representan un territorio concreto. Tenemos pues una cartografía completa de los conflictos geopolíticos mundiales.
Las dictaduras se blanquean con fútbol.
El poder siempre ha visto el deporte como un instrumento político. Los mundiales de Mussolini del 34, el mundial de Brasil del 1950, el mundial de Argentina 78. En general la pasión por el deporte y la competición siempre ha primado sobre la parte ética. Ahora las sociedades son más exigentes, hay más responsabilidad social y las cosas mal hechas no salen gratis por sutiles que parezcan. De esto Platini y Blatter saben alguna cosa.
Distraer al pueblo también es una acción política. El fútbol como opio del pueblo.
Es una herramienta geopolítica, utilizada por los poderes económicos y políticos y un actor geopolítico global. Cumple la función de construcción de identidad colectiva y cohesionador de las relaciones sociales y al mismo tiempo es un entretenimiento y un negocio lucrativo. Noam Chomsky dice que los deportes crean el mundo de fantasía necesario para proteger a la gente de la comprensión, la organización y el intento de influir en el mundo real. Hannah Arendt escribió que la sociedad de masas no quiere cultura, sino entretenimiento. Desde Bernard Shaw a George Orwell, pasando por Passolini o Antoni Gramsci que sentenció que el fútbol es un reino de la libertad humana que se ejerce al aire libre.
¿Y usted qué opina?
El deporte y, sobre todo, el fútbol, son herramientas extraordinarias para generar inquietudes, crear conciencias y comprender la capacidad de influencia que se puede tener en el mundo real. Solo hay que ver el papel que ha tenido el Barça en la sociedad catalana y en el catalanismo político. O hoy día al potenciar el fútbol femenino como movimiento social para la igualdad. El fútbol trasciende a las divisiones nacionales, raciales, religiosas, generacionales, sociales y con el fútbol femenino, también de género.
¿Dónde queda la diplomacia?
El fútbol es el mundo real, y uno de los mejores ejemplos de diplomacia en el mundo. En la Universidad de Kentucky, se ha publicado el ensayo Soccer Diplomacy: International Relations and Football since 1914 del profesor Heather Dichter. Hablar de diplomacia es hablar de paz y el fútbol puede ser un instrumento. Como cantaba Shakira en el Waka Waka, el himno del mundial de Sudáfrica 2010, un partido de fútbol es la única justa de las batallas. El escritor irlandés George Bernard Shaw, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1925 decía que el fútbol es el arte de comprimir la historia universal en 90 minutos. Mis colegas del libro y yo hemos intentado comprimir la geopolítica mundial en 200 páginas hablando de fútbol.
¿Y el papel de los jugadores?
Son los nuevos dioses paganos de la civilización hija de la globalización. Lo que significa todavía Maradona para Argentina, lo que significó Pelé para el Brasil. Con la eclosión de las redes sociales el fenómeno se magnifica, sobre todo, con los gestos reivindicativos. Cristiano Ronaldo en la Eurocopa del año pasado apartó botellas de Coca-Cola. Este gesto tuvo una repercusión para la compañía. Según la revista Forbes, le costó a la marca una caída de 4.000 millones de dólares en su valoración.
Deben estar sometidos a mucha presión de los propietarios de los clubs.
De los propietarios de clubs, de los sponsors y de las Federaciones que quieren limitar el uso de gestos o mensajes políticos. En la Eurocopa con la camiseta de Ucrania, cuando la UEFA le obligó a retirar la frase Gloria a los héroes. En Qatar la FIFA ha exigido a la selección de Bélgica que elimine la palabra «amor» de su camiseta. Depende mucho del carácter de cada jugador, de su implicación y del riesgo que quiera correr. El entrenador del Manchester City, Pep Guardiola, lució el lazo amarillo en protesta por los prisioneros políticos y la Federación Inglesa lo multó con 20.000 libras. El gesto tuvo una repercusión global ya que muchos periódicos extranjeros se preguntaron el porqué de ese símbolo. Guardiola asumió su responsabilidad pero el mensaje llegó.