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El Club Patí Calafell gana su primera Lliga Catalana

Los verdiblancos superan en la gran final al Noia Freixenet (4-3), en un partido igualado que se decidió en la tanda de faltas directas

13 noviembre 2022 16:05 | Actualizado a 13 noviembre 2022 16:05
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Santa Perpetua de Mogoda ha escenificado este fin de semana la fase final de una Lliga Catalana novedosa. En lugar de disputarse en los meses de pretemporada, se ha utilizado esta competición oficiosa para rellenar fechas en el parón mundialista. Durante este mes de noviembre, Argentina ha celebrado los respectivos campeonatos mundiales de selecciones y eso ha obligado a los clubs a buscar nuevos alicientes para mantener el espíritu competitivo. El mayor tiene que ver con la Lliga Catalana, que ayer se apuntó el Calafell de Ferran López, que superó en la gran final al Noia. Fue en una tanda de faltas directas cardíaca, tras un partido emocionante, repleto de alternativas e igualado (3-3), no se esperaba otra cosa entre dos de los equipos más importantes del campeonato nacional.

El título confirma un arranque de curso extraordinario de los verdiblancos , que no conocen la derrota todavía y en la OK Liga caminan segundos, a solo dos puntos del Barcelona, actual líder. La puesta en escena del Calafell relame a sus adeptos, que cuentan muchos motivos para la esperanza y ya un título para celebrar. Aunque la Lliga Catalana se vea como un premio menor, cuenta mucho. El que la gana refuerza su propuesta y su autoestima de una manera bárbara.

Saber competir

Si algo ha distinguido al Calafell en estos primeros meses de competición es su capacidad para dominar la exigencia. No ha pestañeado en los instantes de responsabilidad, es más, ha exhibido capacidad para encontrar buenos minutos de juego en esa circunstancia. En la final de ayer ante el Noia, rival de postín, los verdiblancos se arroparon en la experiencia de sus jugadores más talentosos para presentar credenciales de éxito.

El tanteo inicial dibujó un escenario parejo, el equipo más detallista, capaz de cuidar cada resquicio, iba a disfrutar de una cuota mayor de opciones. Sin apenas espacio para los errores, los dos protagonistas fueron muy responsables, no concedieron absolutamente nada, aunque el Noia halló la ventaja con el primer capítulo ya desgastado. Había ganas de goles, pero no comparecieron en el primer cuarto de hora. En cambio, Eloi Mitjans sí acertó a los 17 minutos y la efervescencia del partido creció.

A pesar del golpe, los jugadores de Ferran López se mantuvieron fieles a su idea. Esa lealtad a su plan les dio chance para empatar justo antes del descanso. En una pena máxima, Miras, especialista consumado, igualó. Enloquecieron Los Estrellats, algunos en la grada del recinto, otros en casa o en el bar, atentos a los acontecimientos.

Incluso hubo opciones de 2-1 para los calafellenses, pero Martí Casas, raro en él, no convirtió un tiro directo a poco del intermedio. Al respiro se llegó con empate.

El envite se desató algo más en el desenlace, en parte porque Martí Gabarró, ex del Calafell, abrió la veda justo a la vuelta de vestuarios. A los pocos segundos de la reanudación devolvió la ventaja al Noia (1-2) y subió de pulsaciones una entretenida final.

Las luces de alarma se encendieron a a 11 minutos para la conclusión. Cometió la falta 10 el Calafell y Mitjans aceptó esa oportunidad. Anotó el 1-3 y obligó al Calafell a llamar a la épica. Fue entonces cuando los verdiblancos mostraron una madurez extraordinaria para gestionar la dificultad. En lugar de volverse locos, esperaron su momento. Se cargaron de un millón de razones.

Xaus, de falta directa, y Sergio Miras, poco después, enviaron el partido a la prórroga, un tiempo extra de emociones fuertes, aunque carente de goles. Nadie quería equivocarse y las precauciones invitaron a una tanda de directas emocionante. En ese ecosistema campeonó el Calafell, que sonríe y celebra.

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