Dani Parra (Riudoms) es un portero de 24 años que busca equipo. En este mercado de invierno ha abandonado el Lleida CF tras militar dos temporadas en el primer equipo del Nàstic de Tarragona, en las cuales sumó minutos en la tercera categoría del fútbol español. Formado en el CF Reus y en el Nàstic, está preparado para nuevos retos mientras espera concretar alguna de las propuestas que tiene sobre la mesa.
Dani, ¿cómo te encuentras?
Muy bien, en casa, ahora mismo me encuentro bien y también tranquilo.
¿Estás entrenando estos días hasta encontrar un nuevo equipo?
Estoy en contacto con un preparador físico con el que tenía relación anteriormente y me estoy ejercitando por mi cuenta en el gimnasio y también en casa. Esperando a decidir mi futuro.
Fichaste por el Lleida CF este pasado verano y, media temporada después, dejas el club. ¿Por qué?
Unos quince días después de que se iniciase la pretemporada llegué al Lleida. Tras dos semanas del inicio de Liga, recibí un golpe en la muñeca en un entrenamiento. El fisioterapeuta del Lleida me aseguró que se trataba de un esguince. Seguí con los entrenamientos, pero vi que no podía ejercitarme con normalidad. Cuando pasó un mes, decidí parar. Me hicieron pruebas y resulta que, en realidad, tenía una fisura. Imagínate, estuve un mes entrenando con una fisura. Por ello, tuve que parar otros dos meses para recuperarme y, luego, ya en noviembre, entré en alguna convocatoria, pero había perdido mucho tiempo. Entré en alguna convocatoria, pero no tuve minutos. Entonces, el club me invitó a salir y, como yo tampoco quería continuar, me marché. No me acabé de sentir cómodo. Sí que lo estuve con los compañeros, pero me quisieron presionar para entrenar estando lesionado.
¿Pensabas que tendrías más oportunidades?
Sí, sin duda.
-Y ahora, ¿qué?
Estoy estudiando con el representante las opciones que tenemos, pero, sobre todo lo que quiero es disfrutar, porque se ha hecho un poco largo estar seis meses sin jugar.
¿Qué tienes sobre la mesa?
Tengo propuestas interesantes, pero el mercado de invierno es complicado. Incluso, tengo ofertas del extranjero.
¿Fue complicado salir del Nàstic?
Sí, porque, sobre todo, este último año creé vínculos muy fuertes con algunos futbolistas, como Marc Montalvo, Jaume Jardí o Pablo Fernández... Y, en especial, con Oli —Manuel Oliva, entrenador de porteros, al que tengo mucho que agradecer. Al principio, cuando te vas del Nàstic quizá le das menos importancia, pero con el tiempo te das cuenta y lo valoras mucho más. Estuve muy a gusto en el Nàstic.
¿Qué significa Oliva para ti?
Para mi punto de vista, Oli no es bueno, es el mejor. No solo como entrenador de porteros, ya que es un enfermo de la portería, sino como persona. La forma que tiene de gestionar psicológicamente a los porteros es espectacular. Cuando Oli habla, la gente calla, porque saben quién es y de lo que es capaz.
¿El Nàstic te ofreció renovar?
No. Y lo acepté. Si es que no, es porque no tiene que ser.
¿Cómo ves al Nàstic?
En una dinámica muy parecida a la del año pasado. Quizá cuenta con menos efectivos en defensa, pero en ataque tiene muchos y muy buenos futbolistas.
¿Te gustaría volver algún día?
No lo sé, no lo he pensado. Pero, ¿por qué no?
¿Notaste que la afición te quería?
Mucho. Mientras estuve allí, cuando me fui y también ahora.
-También has jugado en las categorías inferiores del Reus. ¿Te ves algún día allí?
No lo sé. Ahora, sé que tienen, en principio, la plantilla cerrada. Lo que se ve desde fuera es que están haciendo un gran proyecto y con gente de la casa. Marc Carrasco —entrenador— fue mi coordinador en Reus y Javi Robles —segundo técnico— fue mi entrenador en el Nàstic.
¿Ves al Reus ascendiendo esta temporada?
Creo que sí, están haciendo las cosas muy bien.
