Sílvia Soler (Figueres, 1961) regresa al foco con ‘Cor Fort’, una novela que refleja el cambio que ha experimentado la sociedad catalana desde los años 50 hasta hoy.
¿Cómo era una mujer en los años 50?
Sobretodo tenía menos libertad que la que tiene ahora. En los años 50, en un pueblo pequeño de Catalunya, todavía las mujeres estaban muy presionadas. La protagonista de la novela, en los años 50, tiene 19 y un camino muy marcado. Casarse y formar una familia. Ella está conforme, pero sufre un contratiempo, se queda embarazada sin querer. Tienen que tomar la difícil decisión de ser madre soltera y eso, en aquella época, no se entendía.
Si ya es difícil ahora...
Fue una mujer valiente. De hecho, la familia le propone distintas opciones como que se vaya fuera a tener la criatura y después la entregue, pero ella se niega, porque considera que, tarde o temprano, las cosas se saben y más en un pueblo. La Teresa es una persona que se guía mucho de su intuición.
Las opciones que le ofrece su familia reflejan la sociedad machista de la época.
Totalmente, es lo que había. Ella es la primera que está educada en ese sistema y no se plantea otras situaciones. El único rasgo de personalidad que la distingue con respecto a sus contemporáneas tiene que ver con esa decisión de convertirse en madre soltera y salir adelante.
Una prueba más de que una mujer por sí misma puede derribar mitos falsos.
La sociedad patriarcal en la que vivimos ha tenido mucho interés en hacernos ver que las mujeres, por sí mismas, no pueden salir adelante solas. La historia nos lo demuestra constantemente, incluso en los años 50 había muchas mujeres independientes, que salían hacia adelante. En la novela también propongo cómo se trata la homosexualidad ahora y en los años 50. Hay un personaje que esconde su lesbianismo y ahora la situación ha cambiado mucho.

Pero, ¿usted cree que la sociedad ha cambiado tanto como se dice?
En este tipo de temas creo que sí, aunque claro que hay mucho trabajo por hacer. Me imagino que resulta distinto vivirlo en un pueblo pequeño que en una gran urbe. Yo recuerdo que, cuando era pequeña, las familias definían a los tíos o primos homosexuales como personas extrañas. «Tienes un tío que es extraño», decían. Ahora se afronta con más normalidad.
Destaca la expresión ‘fer el cor fort’, una frase que ya de por sí indica que algo no va bien.
Un lector de la novela me achacaba que esa expresión sirve tanto para las mujeres como para los hombres. Me decía que a él se le murió su madre y todo el mundo se la decía. En general, yo creo que es una consigna que se ha traspasado de madres a hijas y estoy de acuerdo en que cuando te la dicen es que vienen maldadas. Yo he padecido una enfermedad en los últimos años y me la han comentado mucha gente. Es una expresión que apela a la valentía y, a su vez, a la resignación. Además resulta muy genuina, porque no tiene fácil traducción.
¿Cuándo decide escribir esta novela?
Es muy difícil responderlo, no hay un momento. Un proceso. Siempre estoy pensando, pero sí que es cierto que mi editora me decía que debía hacer algo que englobara a distintas generaciones de una misma familia. Entonces pensé que estaba bien coger esas tres generaciones, la de mis padres, la de mi hermana mayor y la de los hijos mayores para hacer este retrato de cómo ha evolucionado la sociedad catalana.
¿Una persona alcanza la madurez cuando, entre comillas, decepciona a sus padres?
Es posible, en todo caso, en una de mis otras novelas, uno de los personajes dice que no te haces adulto hasta que te faltan el padre o la madre. Y lo creo. Esta forma que tú planteas me parece otra buena manera de explicarlo. En los años 50, la Teresa, el personaje de la novela, necesita mucha madurez para tomar la decisión que toma.

¿Existen lectoras de su libro que se han sentido identificadas con el personaje de la Teresa?
En los clubs de lectura en los que participo siempre encuentro este tipo de casos. De momento no me ha surgido ninguna madre soltera, pero sí personas que me han dicho que la Teresa les recuerda a su madre. Creo que he conseguido que este personaje sea bastante representativo.
¿Sus personajes tienen algo de autobiográficos?
Te tendría que decir que no, porque las cosas que les pasan a mis personajes, a mí, en su mayoría, no me pasan. Pero evidentemente escribes desde tu experiencia, desde ti misma. Supongo que algo hay.
¿La dedicatoria del principio del libro a quién va dirigida?
Concretamente, veraneo en un lugar muy pequeño de la Garrotxa en el que he coincidido con cinco familias entrañables. Esa dedicatoria va destinada a las matriarcas de esas cinco