El Centre Històric de Vila-seca se llenará de arte un año más para celebrar la Diada de Sant Jordi. Por octavo año, una treintena de alumnos de las escuelas de arte y diseño de la Diputació han engalanado las calles del núcleo antiguo con una docena de obras efímeras que se inspiran en la literatura y la leyenda de Sant Jordi y que desde este lunes ya se pueden visitar.
Los jardines del Castell, que será el epicentro de la diada este martes con el mercado de libros y flores, acogen buena parte de las intervenciones artísticas. Por primera vez, además, el Ayuntamiento ha engalanado la fachada el Castell. La calle Comte de Sicart, las plazas de la Església Vella, Voltes y de l’Església y el portal de Sant Antoni son los otros espacios que acogen los trabajos elaborados por alumnos de los grados de Artes aplicadas en el muro y de Proyecto y dirección de obras de decoración.
El trabajo de los alumnos va más allá de la lectura inicial de cada intervención e invita a reflexiones más profundas sobre temáticas que van desde la crisis migratoria del Mediterráneo, a la salud mental o el amor. En algunos casos además, son obras interactivas con las que el espectador puede interactuar para acabar de darle forma.
«Sant Jordi es un día muy especial para nosotros, que llevamos reivindicando desde hace muchos años», ha afirmado el alcalde, Pere Segura, quien reconoce que en los últimos años el Sant Jordi de Vila-seca «se ha convertido en un referente del territorio y hay mucha gente que nos visita para ver las esculturas, a comprar libros y a pasar una diada en familia».
Anna Gispert, directora de la Escola d’Art i Disseny de Reus, destaca que «esta es una acción muy buena a nivel pedagógico, porque los alumnos se encuentran con un trabajo real. Tienen una puesta en escena con el cliente, presentan sus proyectos al Ayuntamiento en el aula y, a la hora de construir, también se encuentran los problemas que surgen para plasmar sus ideas en la realidad».
Àlvar Calvet, profesor del área de Pintura de la Escola d’Art i Disseny de Tarragona coincide en que «es la posibilidad de que el alumnado tenga una experiencia real, con todo lo que ello implica, y ayudando a visibilizar el trabajo que realizan los alumnos». Calvet, además, destaca el trabajo que se ha hecho de reciclaje de libros que se han usado en otras ediciones para ejecutar las obras efímeras de este año.