Torredembarra restaurará la Sínia del Comú y quiere crear una ruta turística de norias

El Ayuntamiento ha encargado un proyecto al arquitecto Manuel Pérez Saavedra y un estudio histórico-arqueológico para actuar en esta construcción. Hay una partida de 135.000 €

29 marzo 2021 17:50 | Actualizado a 08 abril 2021 06:55
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Posiblemente, solo los amantes del patrimonio rural, vecinos que conozcan la historial local o los que tengan una edad muy avanzada podrían explicar qué tipo de construcción es la que se encuentra al pie de la carretera de La Riera, justo en una esquina del cementerio municipal de Torredembarra. 

Se trata de una noria, un sistema de captación de agua para abastecer diferentes puntos de la ciudad. En el caso de la Sínia de la Vila o del Comú, ésta abastecía diferentes fuentes locales en el último tercio del siglo XIX y estuvo activa hasta 1929, cuando Torredembarra cambió el sistema de abastecimiento de agua y la noria pasó a ser un recurso agrícola hasta que dejó de funcionar y quedar para el recuerdo.

Actuar para no perderla

La concejala de Cultura i Patrimoni, Núria Batet, explica que la restauración de la Sínia está contemplada en los presupuestos de este año con una partida de 135.000 euros. «Esta construcción es uno de los elementos característicos de Torredembarra y tenemos sínies en diferentes puntos del término municipal», dice.

Antes de llevar a cabo la restauración de esta noria, la más importante de la ciudad por su capacidad de abastecer fuentes en diferentes puntos, incluso en el barrio de Baix a Mar, el barrio marítimo torrense, el consistorio ha encargado un estudio histórico-arqueológico «para llevar a término su restauración considerando la necesidad de preservación como un elemento patrimonial característico del pasado agrícola de la ciudad», añade la edil.

La Sínia de la Vila ha ido modernizándose desde su construcción, en 1868. Se trataba de una noria comunal, es decir propiedad del Ayuntamiento. Y su función era proveer de agua a las fuentes de la localidad: empezando por la de la plaza de la Font y luego ampliando su red de distribución a las fuentes de la Peixateria, del Portal de la Bassa, la calle Freginal y finalmente la fuente del barrio de Baix a Mar, donde llegó el agua en 1908.

La activación de la noria fue clave en el desarrollo de la ciudad. Hasta la fecha, algunas de las casas tenían sus propios pozos y cisternas, pero otras muchas dependían de las fuentes para tener agua potable en el hogar.

Su puesta en marcha fue por tracción animal y más tarde fue substituida por otra noria (1910-11) porque se requería más agua. Su función de abastecer las fuentes de la ciudad terminó en 1929, cuando la ciudad activó un suministro de agua potable en las casas y las fuentes públicas perdieron su funcionalidad. Así, en 1930 su uso pasó a ser agrícola y solo se requirió al benefector de aquel manantial de que hubiera un abrevadero siempre con agua para animales y personas.

Con los años, la Sínia del Comú ha terminado como un monumento olvidado a las afueras de la ciudad. Y ahora el consistorio ha encargado este estudio y proyecto al arquitecto Manuel Pérez Saavedra para recuperar la construcción de 1910 (la última Sínia del Comú) y «eliminar las partes postizas existentes que desvirtuan la estructura original», explica Batet.

Con la Sínia de la Vila recuperada, el consistorio también planteará un entorno paisajístico que proteja el monumento agrícola (ahora hay viales muy cerca) y añadirle paneles informativos para explicar qué era y para qué servía. «Con la sínia recuperada, quizá será el momento de plantear una nueva opción turística y cultural en Torredembarra con una ruta por las diferentes norias que tenemos», sugiere la concejala de Cultura i Patrimoni.

Torredembarra ha conservado algunas de sus norias y a día de hoy algunas son visitables y forman parte del paisaje histórico-urbano.  

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