Hace días que los teléfonos de la Escola de Turisme del Baix Penedès no dejan de sonar. Restaurantes, hoteles, campings.. necesitan personal. «Las empresas tienen problemas para encontrar a profesionales. Desde cocineros y jefes de sala a auxiliares de cocina y de sala», explica Joan Montserrat, director de la Escola de Turisme del Baix Penedès.
Y eso que con una formación inicial se encuentra trabajo y las posibilidades de prosperar son muchas. Y con un buen sueldo. «Pero también con sacrificio y ganas... Pero hay que trabajar festivos, fines se semana... y para eso, hoy en día, muchas personas no quieren.
Hoy muchas empresas piden actitud más que aptitud. «Ya les formaremos, pero se busca implicación». Pruebe a encontrar un carpintero. De los de antes. No un montador y colocador de muebles y puertas. Uno preparado para realizar un encargo al detalle. Con precisión. Apenas hay, explica Enric Llorens, presidente del Gremi d’Instal·ladors del Baix Penedès.

«Lampistas que trabajen agua y electricidad, aun se encuentran, pero carpinteros... Son oficios que se están perdiendo y están muy cotizados. Las empresas se los rifan. Y con muy buenos sueldos.
¿Qué ha pasado? Llorens considera que la burbuja del ladrillo de hace unas décadas motivó una pérdida de varias generaciones formada en oficios. «La gente haciendo de peón ya ganaba mucho dinero rápido. Olvidamos formar en oficios».
El centro de convenciones Tabaris de Coma-ruga acogió ayer y sigue hoy una Fira de la Formació en la que centros edificativos, escuelas, institutos y gremios profesionales del Baix Penedès muestran su oferta para la preparación de los jóvenes de cara a un futuro laboral.

Hace unos días en esas mismas instalaciones el cocinero Ferran Adrià explicaba a los jóvenes las posibilidades de futuro con una formación en hostelería. Pero falta mano de obra. Y se tiene que importar. Como pasa con los oficios.
Las colas ante los diferentes expositores muestran las preferencias de los jóvenes. En fabricación mecánica esperan muchos jóvenes. ¿Qué es? Sirve para la programación mecánica, diseño de productos mecánicos, la interpretación de planos o la gestión de la calidad de productos acabados.
Esa especialidad se ofrece en el Instituto Andreu Nin de El Vendrell. Raul García es el responsable del departamento. Y coincide en la necesidad de profesionales preparados. «Antes de acabar los cursos las empresas ya nos llaman».
Convenios
El instituto tiene un convenio con el centro de investigación del automóvil (Idiada) y la mitad de los alumnos realizan prácticas y muchos se quedan a trabajar. Además esa formación permite tenetr un 52% de los créditos para ingenieía mecánica.
«Pero no se conoce y no acaba de cuajar». Por eso intentan llegar a los jóvenes allí donde están: en las redes sociales. Hay que explicarles que no se rata de mecánica del automóvil y del metal, donde por ciento también se necesitan miles de profesionales.

Por el Tabaris pasarán casi 3.000 jóvenes que deben comenzar a decidir su futuro en formación. Diseño de páginas web, internet, creadores de contenidos siguen deslumbrando a muchos. Pero no es todo tan bonito como creen.
‘No son videojuegos’
Jonathan Giménez, profesor del instituto Camí de Mar de Calafell, explica que muchos jóvenes preguntan por esa formación estando «mal orientados». Porque no es cuestión de jugar a videojuegos en partidas online.
«Y en n la tecnología la formación y el autoaprendizaje es constante». Otra vez la palabra clave: «es una cuestión de actitud». Sólo así se consigue.

Jardinería, automoción y otras posibilidades ante las que muchos jóvenes jóvenes tendrán que decidir en las próximas semanas. Recordando la palabra clave: actitud.
Es algo que también se recordó en la reciente feria de la ocupación de Calafell impulsada por la Cambra de Tarragona para poner en contacto a las empresas que necesitan trabajadores con quienes buscan un empleo. En ese certamen también se plasmó la falta de mano de obra para cubrir determinados empleos.