La ciudad de Igualada, a 65 kilómetros de Barcelona, se levantó ayer algo más tranquila tras conocer que los Mossos d'Esquadra habían detenido de madrugada al presunto autor de una brutal agresión sexual perpetrada hace cinco meses y medio contra una joven de 16 años.
El caso conmocionó a la localidad barcelonesa: la víctima estuvo dos meses en la UCI y padece graves secuelas como consecuencia de la violación. "Detenemos a un hombre en Igualada presuntamente relacionado con la agresión sexual que sufrió una joven en esta población el 1 de noviembre", anunció la policía catalana a primera hora de la mañana.
Durante casi medio año un violador anduvo suelto y la ciudadanía llegó a tener miedo, hasta el punto que el consistorio tuvo que instalar una veintena de cámaras en la calle. La menor salió con sus amigas de fiesta para celebrar la noche de Halloween en una discoteca, en un polígono de Igualada. Fue hallada por un camionero desnuda e inconsciente en un descampado.
Eran las 6 de la mañana y había intentado regresar a casa en tren. El conductor pensó incluso que estaba muerta y la tapó con una manta, antes de llamar a los servicios de emergencia. Había sufrido una brutal agresión sexual. Fue golpeada con una barra de hierro en la cabeza y fue ingresada por una fractura craneoencefálica y desgarros en el ano y en la vagina. Como consecuencia de la salvajada, tendrá que llevar audífonos debido a la pérdida de casi el 90% de la sensibilidad de un oído.
Tras conocer la detención del presunto agresor, la madre confesó en Telecinco que tenía una sensación "agridulce". El arresto devuelve a la familia la "paz" que necesitaba, pero al mismo tiempo afecta a la víctima al recordar el infierno por el que pasó. "Mi hija está en estado de 'shock', lo está reviviendo todo. Está deprimida y tomando mucha medicación", afirmó. "Está recibiendo asistencia psicológica y estudia lo que puede, quiere continuar y tener un futuro", señaló la madre, quien a los días de la violación emprendió una campaña de denuncia y envió una carta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la que reclamó la pena de muerte para los violadores.
En los más de cinco meses y medio, ha tenido que ser intervenida quirúrgicamente cinco veces. Y aún está en fase de recuperación física. La psicológica tardará años.
Larga investigación
El arrestado, que se espera que pase a disposición judicial entre hoy y mañana, es un vecino de Igualada de 20 años y de origen boliviano. La policía autonómica lo arrestó por agresión sexual y está por ver si el juez le acaba también imputando el delito de tentativa de homicidio, tal y como reclama el abogado de la familia.
Después de su detención, los Mossos condujeron al presunto agresor a su domicilio, en el centro de Igualada, justo al lado del ayuntamiento, para recabar pruebas, sobre todo biológicas o de tipo personal.
El registro se prolongó más allá de las siete horas. A la salida, se cubrió la cabeza y el rostro con una capucha roja. El silencio que se hizo describió los momentos de tensión y angustia que se han vivido estos meses en la localidad barcelonesa.
El sadismo empleado por el joven, que casi mata a la víctima con una barra metálica, es lo que llevó a los investigadores a pensar en un primer momento que el móvil del delito iba más allá de la agresión sexual, por lo que al principio se centraron en gente relacionada con la menor. Entre otros, un chico que la víctima había conocido en las redes sociales y con la que quedó la fatídica noche de Halloween.
Descartada la opción de los conocidos, la Policía pasó al plan B: seguir la pista de un joven que tenía dos antecedentes por delitos sexuales. No tenía ninguna relación con la víctima, de ahí que los investigadores hayan tardado tanto tiempo en dar con el presunto violador. Al individuo le ha delatado el móvil, que le sitúa en el lugar de los hechos en el momento de la agresión.
Los análisis de ADN serán la prueba determinante. La Generalitat y el ayuntamiento se personarán como acusación particular.