El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha decidido cancelar por unos días su agenda pública para “reflexionar” si renuncia o no a la jefatura del Ejecutivo tras la denuncia contra su esposa, Begoña Gómez, por presunto tráfico de influencias y corrupción en los negocios.
Sánchez ha anunciado su decisión este miércoles por la tarde en un tuit, en el que ha incluido cinco páginas de texto, y en el que argumenta que, ante «la gravedad» de los «ataques» que están recibiendo su esposa y él, necesita plantearse si debe «continuar al frente del Gobierno o renunciar a este alto honor». El presidente comunicará su decisión final en una comparecencia pública el próximo lunes, 29 de abril.
Carta a la ciudadanía. pic.twitter.com/c2nFxTXQTK
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) April 24, 2024
Este mismo miércoles un juez de Madrid ha abierto diligencias contra la mujer del presidente, ante la denuncia presentada por la organización Manos Limpias (de tendencia ultraderechista). El sindicato acusa a Begoña Gómez de haber intercedido en favor de un empresario aragonés, Carlos Barrabés, que recibió contratos de la Administración Central.
Según publicó a principios de abril el digital ‘El Confidencial’, Gómez firmó una carta en 2020 para que dos empresas vinculadas a Barrabés se llevaran un contrato del Gobierno de 7 millones de euros, en plena pandemia del Covid-19. La mujer del presidente es codirectora del Máster en Transformación Social Competitiva de la Universidad Complutense de Madrid, que fue impulsado por Barrabés.
En su carta, el jefe del Ejecutivo acusa a Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal de ser «colaboradores necesarios» y afirma que los medios que han difundido las informaciones que han conducido a la apertura de diligencias contra su mujer son «de marcada orientación derechista y ultraderechista». También apunta que su mujer «defenderá su honorabilidad y colaborará con la justicia» para esclarecer unos hechos «tan escandalosos en apariencia, como inexistentes».
Sánchez se pregunta si merece la pena seguir soportando esta situación: «Llegados a este punto, la pregunta que legítimamente me hago es ¿merece la pena todo esto? Sinceramente no lo sé. Este ataque no tiene precedentes, es tan grave y tan burdo que necesito parar y reflexionar con mi esposa». «Me urge responderme a la pregunta de si merece la pena, pese al fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política, si debo continuar al frente del Gobierno o renunciar a este alto honor», añade.
El presidente subraya que «a pesar de la caricatura» que la derecha y la ultraderecha política y mediática han tratado de hacer de él, nunca ha tenido apego al cargo, pero sí al deber, al compromiso político y al servicio público. Todo ello le lleva a afirmar que seguirá trabajando, pero que cancela su agenda pública unos días para poder reflexionar y decidir qué camino tomar y que será el próximo lunes cuando protagonizará una comparecencia en la que dará a conocer su decisión.
Lamenta que esta estrategia «de acoso y derribo por tierra, mar y aire» lleve meses perpetrándose y por ello no le sorprende la «sobreactuación» de los líderes del PP y Vox.
«En este atropello tan grave como burdo, ambos son colaboradores necesarios junto a una galaxia digital ultraderechista y la organización Manos Limpias», añade antes de recordar que fue el propio líder del PP quien denunció el caso ante la Oficina de Conflicto de Intereses, que archivó la actuación.
Para Sánchez, después de impulsar el PP una comisión de investigación en el Senado, faltaba la judicialización del caso, y eso es lo que dice que ha ocurrido con el paso de la denuncia.
Cree que lo que intentan es hacerle desfallecer en lo político y en lo personal atacando a su esposa.
«No soy un ingenuo. Soy consciente de que denuncian a Begoña no porque haya hecho algo ilegal, pues ellos saben que no hay caso, sino -apostilla- por ser mi esposa».
Primeras reacciones
El comunicado del Presidente del Gobierno ha recibido pronto algunas reacciones, por una parte, el apoyo de los miembros de su partido, como Patxi López, quien ha remarcado que «los socialistas estamos con el».
Desde la oposición, algunos como Javier Maroto, vicepresidente del senado por el Partido Popular, ha acusado al movimiento de «un movimiento de precampaña que busca victimizarse para seguir en la Moncloa a cualquier precio».
