Luis Medina entrega su herencia para cubrir la fianza

Para alcanzar los 900.000 euros, recurre al legado de su abuela Victoria Eugenia fallecida en 2013 y sobre el que pesa un recurso

24 abril 2022 18:30 | Actualizado a 27 abril 2022 10:14
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Luis Medina no está dispuesto a permitir el embargo de sus bienes de forma provisional para hacer frente a la fianza civil por el llamado pelotazo de las mascarillas. El hijo del duque de Feria y de Nati Abascal ha puesto a disposición del juzgado la herencia que le corresponde de su abuela, Victoria Eugenia Fernández de Córdoba, fallecida en 2013, para cubrir los cerca de 900.000 euros que le reclaman. Así consta en el escrito en el que la defensa del investigado por cuatro delitos argumenta que «la situación de insolvencia no existe».

«Como muy bien conoce el juzgado, en el mes de diciembre del año 2021 mi mandante obtuvo sentencia a su favor en el Juzgado de Primera Instancia número 12 de Sevilla como heredero de la fallecida doña María Eugenia Fernández de Córdoba, donde la cantidad a percibir excede con creces el importe embargado, por lo que sus derechos hereditarios cubrirán la meritada fianza, y que se pone a disposición del juzgado para realizar el embargo», recoge el escrito, que pasa por alto un dato no menor: la sentencia está recurrida ante la Audiencia Provincial de Sevilla, que es la que tendrá la última palabra.

En primera instancia, la justicia determinó que a Luis Medina le corresponderían 4,1 millones, lo mismo que a su hermano Rafael. La Fundación que vela por el legado del Ducado de Medinaceli prepara su defensa para probar que los hijos de la duquesa ya recibieron en vida la parte que les correspondía de la herencia.

Así es como se ha recurrido el auto con el que el magistrado imputó a Medina el delito de alzamiento de bienes, después de que éste vaciara la cuenta donde cobró la comisión –cerca de un millón de euros– con diferentes inversiones y compras hasta quedarse con 247 euros. En este sentido, según se señala en el documento, las disposiciones patrimoniales realizadas «no son fruto de que haya querido hacer desaparecer u ocultar sus bienes para frustrar el pago de acreedores, ya que no los tiene».

«Las cantidades obtenidas por la venta de los bonos -dos partidas de 200.000 euros cada una- se ha destinado a los gastos de su vida cotidiana», se explica en el documento.

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