El acuerdo alcanzado entre ERC y el PSC para investir a Salvador Illa incluye una propuesta para «impulsar un sistema de financiamiento singular que avance hacia la plena soberanía fiscal, basado en la relación bilateral con el Estado y la recaudación, gestión y liquidación de todos los impuestos, con el objetivo de dotar a las instituciones catalanas de los recursos necesarios para hacer frente a las necesidades de la Catalunya de los ocho millones de habitantes».
Esta frase se traduciría en el hecho de que el Govern recaudara todos los impuestos y que Catalunya dejara el llamado ‘régimen común’, que establece que la Administración central capte la mayoría de los impuestos y los distribuya entre las Comunidades Autónomas (CCAA).
El ‘régimen foral’, que es en el que entraría Catalunya, contempla que sean las CCAA las que recauden los impuestos y que, posteriormente, efectúen una contribución al Estado.
La aprobación de la Cámara Baja
Que esta propuesta viera la luz supondría una modificación de la ley de financiación autonómica que estaría estrictamente sujeta a una aprobación en el Congreso de los Diputados por 176 votos a favor, una mayoría difícil de imaginar a día de hoy, ya que tampoco está asegurado que todos los diputados socialistas votaran favorablemente.
Compromís ya ha afirmado que si no se habla de la situación de la Comunidad Valenciana, su voto será negativo. En la misma línea se ha posicionado el diputado de la Chunta Aragonesista (integrada en Sumar), Jorge Pueyo, en su caso refiriéndose a Aragón.
Por otra parte, el BNG también ha mostrado su escepticismo, mientras que tanto el PNV como EH Bildu han sido menos taxativos en sus respectivas manifestaciones.