140 particulares y 25 entidades y administraciones locales han presentado alegaciones contra la construcción de la mayor central fotovoltaica que se proyecta hoy por hoy en Catalunya, situada en la Conca de Barberà, mayoritariamente, y en L’Urgell. Los recursos inciden en los efectos que puede tener sobre las tierras agrarias, la biodiversidad, el paisaje, el patrimonio cultural de la piedra seca o el turismo.
El megaparque solar ocupará 430 hectáreas, el equivalente a 600 campos de fútbol. La instalación se divide en dos proyectos y uno de ellos se ha tramitado por vía de urgencia, modificando un documento anterior.
Además, la empresa promotora ha detectado en la zona la presencia del águila perdicera, en peligro de extinción.
El Ministerio por la Transición Ecológica ha iniciado los trámites a demanda de Shell Desarrollo, con domicilio en Sevilla. La empresa contempla instalar 365.664 paneles solares ocupando mayoritariamente terreno agrario.
La central que se divide en dos proyectos (Bcn 1 y Bcn 2) se asentará en los términos municipales de Passanant i Belltall, Forès, Solivella, Vallfogona de Riucorb y Montblanc (Conca de Barberà), y los de Vallbona de les Monges y Ciutadilla (L’Urgell). Además de L’Espluga de Francolí, hasta donde recorrerán dos nuevas líneas de alta tensión de 220 kV y 400 kV respectivamente.
En cuanto a las instalaciones, la empresa también prevé construir dos subestaciones eléctricas, además de tres líneas de media tensión enterradas. Las placas que estarán más cerca de núcleos poblacionales están a 300 metros de Passanant y a 500 metros de La Guàrdia dels Prats.
El parque se ubicará en suelo calificado con Protecció Territorial de interés agrario y paisajístico. Guillem Figueras, miembro de la Associació de Veïns i Amics de Passanant, exclama que este proyecto «cambiará completamente el paisaje y el entorno en el que nos encontramos, esto se convertirá directamente en un polígono».
Un proyecto modificado
En cuanto al proyecto Bcn 2, las alegaciones pudieron presentarse hasta el pasado 19 de junio. Los particulares y entidades afectados solo tuvieron quince días para revisar la documentación –de más de 4.000 páginas–, redactar los recursos y presentarlos.
La empresa promotora pidió la aprobación por trámite simplificado, en el marco del Plan Nacional de respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania. De esta forma, la compañía energética también se ahorra la evaluación ambiental, según apuntan fuentes del Consell Comarcal de la Conca de Barberà.
En el caso de Bcn 1 se han tenido 30 días y pueden realizarse hasta el próximo 9 de julio.
Hay que tener en cuenta que el Bcn 2 es un proyecto modificado a partir de otro parque solar que se quería instalar en L’Espluga de Francolí y en Vimbodí, en la plana.
Entonces, en el 2021, lo impulsaba Green The Capital, una empresa que quedó absorbida por Shell. Tras las alegaciones, el proyecto se denegó debido a la presencia del águila perdicera en aquella zona y la compañía rehizo el documento situando las placas en la zona más alta de la comarca, en Passanant.
El Ayuntamiento de Passanant i Belltall ha presentado una alegación desde la misma administración y otra a través del Consell Comarcal de la Conca de Barberà, mientras que Montblanc, Solivella y L’Espluga de Francolí se han añadido también a la del ente comarcal.
Las demandas abordan tres cuestiones principalmente. La primera es la «gran dimensión» del parque y el «impacto» sobre el paisaje, aseguran fuentes de la institución.
La segunda es la proximidad del parque Bcn 2 al núcleo de Passanant, y la última hace referencia a la saturación de la red eléctrica de la Conca de Barberà. Con la instalación de esta central solar, el nodo eléctrico de la Conca quedará saturado y en un futuro se tendrán que descartar comunidades energéticas de autoconsumo, según detallan los técnicos del Consell Comarcal.
«Placas y dinero o tierra y hambre?»
Más de la mitad del megaparque se encuentra en el término municipal de Passanant i Belltall. La alcaldesa del micropueblo, Carme Amenós, aboca por mantener una posición «neutral» y explica que han alegado para que la iniciativa tenga «cuidado del territorio».
Por ejemplo, piden que no se estropeen los caminos o que se aprovechen las vías de evacuación existentes. «Desde el ayuntamiento lo único que podemos hacer es la tramitación porque no tenemos competencias para nada más», comenta.
También se queja de los pocos recursos que tienen estos pequeños pueblos para hacer frente a proyectos tan grandes y complejos.
Amenós dice que existe «preocupación» entre los vecinos del pueblo de 170 habitantes. «En lugar de ser un mar de sembrado, habrá un mar de placas», expresa. Desde el equipo de gobierno apuntan a que un 90% de los propietarios ya han aceptado alquilar o vender sus terrenos a la empresa promotora. La compañía ha ofrecido a los propietarios, al menos, 1.800 euros por hectárea anuales desde el momento en que la planta entre en funcionamiento.
«Vienen a hacer dinero, es mucho más barato alquilar tierras aquí, en una zona despoblada, que en un polígono industrial o en la costa», remacha Guillem Figueras de la Associació de Veïns i Amics de Passanant. «Es un trasfondo económico», detalla Amenós.
«La tierra da muy poca rentabilidad a los propietarios y el campesinado tiene muy pocas ayudas», continúa. La alcaldesa habla también de la dicotomía que se han encontrado algunos agricultores: «¿Qué prefieres? Placas y dinero o tierra y hambre?».
Solidaridad energética
Quienes no han presentado todavía ningún recurso son los ayuntamientos de Forès y el de Vallfogona de Riucorb, justificando que el proyecto Bcn 2 no ocupa su término municipal, pero sí redactarán recursos en el caso del Bcn 1.
El alcalde de Forès, Julià Josep Plaza, comenta que es una «tesitura muy compleja». «Los pueblos o la tierra son de la gente que vive allí», añade. Además, Forès es considerado «el mirador de la Conca» y el alcalde sabe que el parque tendrá una afectación en el paisaje. Plaza defiende que las energías renovables «son necesarias», pero no está de acuerdo en la forma de implantarlas.
En la Conca de Barberà ya hay 78 aerogeneradores, siendo la quinta comarca con más molinos de toda Catalunya. En Passanant i Belltall hay diecisiete que producen energía para unas 10.000 viviendas. De hecho, la central fotovoltaica se ubicará en los pies de los mismos molinos.
«Como territorio creo que ya hemos cumplido con las energías renovables», remarca la alcaldesa. Coincide Figueras en que apunta que «ya hemos aportado nuestra parte de solidaridad hacia el país. Se debería repartir y equilibrar a nivel territorial la generación de energía».
En Passanant, Belltall y Ciutadilla la central se ubicará mayoritariamente sobre tierras de secano, mientras que en Montblanc, en la zona de La Guàrdia dels Prats, ocupará espacio donde actualmente hay viñedo, lo que ha provocado que la DO Conca de Barberà también se muestre en su contra.
El presidente de la DO, Ricard Sebastià, remarca que se trata de una «pérdida de terreno agrícola» y lamenta que «no se ha consensuado con el territorio». La DO, que también ha presentado alegaciones, ha pedido una reunión con el Departament d’Agricultura, pero por el momento no ha obtenido respuesta, aseguran.
Desde el Departament d’Acció Climàtica han declinado realizar declaraciones para valorar esta central fotovoltaica que se está gestando en la Conca de Barberà, alegando que es un proyecto del Ministerio.
Hay que tener en cuenta que las instalaciones con potencia superiores a 50 MW, como es el caso que ocupa, se tramitan por la vía ministerial. Fuentes del departamento se han limitado a decir que este parque no sigue la «filosofía» del Govern en cuanto al despliegue de energías renovables debido a sus dimensiones.
Espacio de aves en peligro de extinción
El estudio de impacto ambiental que ha encargado la propia empresa alerta de la presencia de aves amenazadas y con medidas de protección y conservación como el milano real, el águila perdicera o la terrera vulgar, considerados en peligro de extinción. También el aguilucho cenizo y el búho pirenaico que están clasificados como «vulnerables» o el águila calzada o el aguilucho lagunero que tienen la etiqueta de «protegida».
Este documento advierte de «la alteración de hábitats existentes» de algunos pájaros durante la fase de construcción y de operación de la planta solar. «El proyecto podría alterar los hábitos de alimentación, espacio vital y/o reproducción de las especies pertenecientes a los grupos de las aves esteparias y rapaces», señala el estudio.
Una de las superficies que se ocuparán con placas está a escasos metros del Espai Natural Protegit de les Obagues del Riu Corb, donde se encuentra una Zona d’Especial Protecció per a les Aus (ZEPA). Justamente, varias asociaciones también han presentado alegaciones que hacen referencia al águila perdicera.
Afectación al turismo y al ajo de Belltall
Las entidades también creen que esta central fotovoltaica tendrá una afectación sobre el turismo porque por Belltall pasa el GR 175, conocido como la Ruta del Cister. A su paso por la población, los visitantes estarán rodeados por placas solares durante cinco kilómetros. Se trata de una ruta que realizan más de 80.000 personas al año, según datos del Consejo Comarcal de la Conca de Barberà.
En otro orden, Belltall viene impulsando desde hace más de diez años el ajo de Belltall con fondos europeos y de la Diputació de Tarragona. «Cada vez hay más gente que lo cultiva», señala Figueras que forma también parte de la Agrupació de Productors d’All de Belltall.
Se trata de «una herramienta para dinamizar el pueblo y atraer población», añade. Desde la agrupación temen que con los parques se perderá el 20% del terreno agrario del término municipal y, por tanto, la recuperación del ajo de Belltall se verá afectada.
Por último, en cuanto al patrimonio de la piedra seca, la empresa se ha comprometido a mantener las construcciones como cabañas o pequeñas edificaciones, pero no los márgenes. Desde la Associació de Veïns i Amics de Passanant calculan que se destruirán una tercera parte.
