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Viaje al centro de la Tierra: un estudio halla en el Camp de Tarragona un filón para extraer renovables

Un sondeo del Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya detecta entre Montbrió, Reus y Valls y en el Baix Penedès potencial geotérmico, un complemento inexplorado a eólica y solar

05 marzo 2023 20:19 | Actualizado a 06 marzo 2023 07:00
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En las Termes de Montbrió del Camp puede estar una de las claves para resolver la actual crisis energética; no en la propia oferta termal del spa sino en el potencial geotérmico de esa zona, un terreno amplio que abarca buena parte del Baix Camp y que se adentra también en el Tarragonès y el Alt Camp. Es lo que se extrae del informe ‘Recursos Geotérmicos de Origen Profundo en Catalunya’, recientemente publicado por el Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya (ICGC).

El estudio ha detectado un gran potencial en el Camp de Tarragona, que incluye dos de las zonas con mayor proyección en Catalunya: la citada que resigue la llamada Falla del Camp, en un vasto espacio que va de Montbrió a Valls; y otra en el Baix Penedès, en concreto con la referencia del Estany de Coma-ruga, pero con una extensión hacia el interior.

«Hemos publicado un documento de síntesis para mostrar qué zonas tienen un potencial para poderse aprovechar y para sensibilizar a la opinión pública sobre los recursos existentes. A partir de ahí, Catalunya, que tiene un contexto geológico muy favorable, necesita un plan de investigación», explica el doctor Ignasi Herms, responsable del área de recursos geológicos del Institut Cartogràfic i Geològic.

La cuenca Reus-Valls

«Vemos que en la cuenca Reus-Valls el subsuelo es favorable para albergar acuíferos en los que podría hacerse un aprovechamiento geotérmico, para generar energía térmica de cara a la industria pero también para redes de climatización», cuenta Herms.

Pero, antes que nada, ¿qué es la energía geotérmica? «Es un recurso renovable y no contaminante que presenta un potencial elevado de explotación en diversos ámbitos del territorio de Catalunya», indica el Institut, que añade: «La geotermia es poco conocida pero tiene un potencial de explotación y uso muy elevado».

Básicamente consiste en el aprovechamiento del calor bajo tierra, que tiene en los géiseres o en las fuentes termales sus manifestaciones más cotidianas. Sin embargo, los límites de su capacidad están todavía por explorar y, según los expertos, puede ser un complemento a la eólica y a la solar.

«En lugares como Montbrió o Botarell encontramos las zonas más favorables de Catalunya», dice Ignasi Herms, responsable de recursos geológicos del Institut Cartogràfic

«Hay países de nuestro entorno que, con el mismo contexto geológico, ya están aprovechando sus condiciones para la generación de térmica y eléctrica. Catalunya va unos 40 años con retraso en investigación. Es fundamentalmente aprovechar el calor del agua que puedas encontrar», indica Herms.

El informe en cuestión aclara que «en función de la tipología y origen del reservorio puede utilizarse para usos lúdico-termales en balnearios, en redes de climatización urbana o industrial en sentido amplio o incluso para producir electricidad. En Europa está extendida en países como Francia, Alemania, Holanda y Bélgica, entre otros». La llamada geotermia profunda «es este recurso que se encuentra a una cierta profundidad», como indica Herms.

Más allá de los balnearios

«Los balnearios se hacen aprovechando una profundidad que no es muy grande porque están en anomalías geológicas, con una temperatura que sube pero a través de la zona permeable de la falla. En Montbrió del Camp se da una anomalía hidrotermal que hace que aguas muy calientes asciendan y las encuentres a un nivel más superficial». La captación para usos industriales que sean una oportunidad en clave energética requiere, eso sí, prospecciones bastante más hondas. El mayor o menor atractivo de una zona a la hora de explotarla va a depender de la temperatura que pueda alcanzar el agua que está en esas profundidades. «Esta energía es eficaz para implementar redes de climatización urbana para calefacción y refrigeración, para diferentes usos industriales en sentido amplio e incluso, producir electricidad u obtener litio a partir de los fluidos geotérmicos profundos», expone el informe.

Todas esas cualidades están presentes en esta zona del Camp de Tarragona, según las investigaciones realizadas. «En la zona de Tarragona se alcanzan temperaturas de entre 70 y 90 grados que son aptas para usos industriales y, por tanto, son una oportunidad. Eso también lo encontramos en la zona del Penedès. En ambos lugares hablamos de conurbaciones importantes, e incluso de zonas industriales que podrían aprovechar esa energía», indica el doctor.

En la cuenca de Montbrió, Reus y Valls hay acuíferos a más de 100ºC que permitirían generar electricidad

El informe del Institut establece cuatro niveles en función del rango del calor: entre 30 y 60ºC se da el aprovechamiento para balnearios o redes de climatización urbanas reforzadas con bombas; de 60 a 100ºC se abre la puerta a usos técnicos para la industria. Esos dos niveles están presentes tanto en el ámbito de Reus-Valls como en el del Baix Penedès. Ahora bien, en el primero de ellos hay incluso dos rangos más de potencialidad: aguas accesibles a unos 1.000 metros de profundidad que van más allá de los 100ºC y que permitirían la generación de electricidad. «En puntos como Montbrió o Botarell encontramos las zonas más favorables de Catalunya. Incluso en lugares predispuestos para la geotermia, no hay tanta potencialidad», cuenta Herms.

El añadido de obtener litio

Ello da pie a un cuarto nivel, también contemplado en esa cuenca del Camp de Tarragona y de gran valor para el territorio: la obtención a través de fluidos de litio, un elemento que escasea y muy demandado, fundamental por ejemplo para la fabricación de baterías.

Lo cierto es que la explotación de este escenario geotérmico, por ahora algo así como el patito feo de las renovables, está todavía lejana. Antes que nada, se precisaría más investigación. «En Catalunya hay estructuras y entornos muy favorables. No obstante, el conocimiento del recurso es aún limitado, por lo que se requiere invertir en investigación geológica-geotérmica para mejorar la caracterización de las formaciones profundas y así reducir la incertidumbre y poder evaluar de forma más precisa la viabilidad», expone el estudio, que emplaza a una «explotación sostenible en el marco de la transición energética del Horizonte 2050».

Dos pozos y una planta

Apostar por este tipo de energía supone la instalación de un sistema que, básicamente, está formado por dos pozos y una planta de generación. A la perforación se añadiría una instalación en la superficie que, para los expertos, no es invasiva. «Lo que ocupa en la superficie es una parcela, que es el espacio para ubicar los pozos y la planta. Desde fuera se vería como una nave industrial. Es algo que queda integrado, no hay ningún tipo de combustión, está generando los 365 días del año, independientemente del sol y del viento, y tiene un factor de uso más elevado que la solar y la eólica», indica Hems. El responsable de geología en el Institut reconoce que «los proyectos de geotermia no van a sustituir a la solar y a la eólica, pero también pueden contribuir como un elemento más a la descarbonización, y hasta podría plantearse como una contribución para generar hidrógeno verde».

Los pozos tendrían una profundidad que rondarían los 1.000 metros

La realidad es que, pese a las voces de los expertos, «no es una energía que esté ahora en el debate público, fundamentalmente porque no ha habido una apuesta decidida por parte de las administraciones y también porque a nivel de investigación vamos tarde y eso ha favorecido que países como Francia o Alemania estén en un punto de madurez que hace que el sector privado esté invirtiendo en proyectos. Aquí, una actualización de la legislación podría favorecer este tipo de proyectos», concluye el doctor Herms.

La investigación se ha traducido en un mapa que muestra las estructuras geológicas, el inventario de pozos y sondeos para investigación de hidrocarburos y geotermia y también la estimación de las profundidades de cada reserva y sus usos potenciales.

Las Terres de l’Ebre no acogerán eólica marina (por ahora)

Esta pasada semana el Consejo de Ministros aprobaba los planes de ordenación del espacio marítimo –los POEM– de las demarcaciones marinas españolas: noratlántica, sudatlántica, del Estrecho y Alborán, levantino-balear y canaria.

Con ellos se ordenan por primera vez los usos del mar, aunque lo más significativo son las reservas que se han hecho de espacios potenciales para instalar molinos. Casi 5.000 kilómetros cuadrados se han identificado con alto potencial para la eólica marina. El Ministerio para la Transición Ecológica señala así las zonas en las que se podrá desarrollar esta tecnología, aún incipiente en el caso de los aerogeneradores flotantes. En Catalunya, el único punto señalado con esas características está en el Golfo de Roses, en Girona.

Las Terres de l’Ebre, que en algún momento pueden ser susceptibles de albergar ese tipo de instalaciones, han quedado fuera de esos planes iniciales del Gobierno, pero solo por el momento. Esta ordenación estará vigente hasta finales de 2027. En una futura revisión a partir de entonces, la costa ebrense podría contemplarse como lugar para ubicar molinos, si las mejoras tecnológicas lo permitieran.

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