El vecindario y los comerciantes de la calle del Cardenal Cervantes y sus alrededores denuncian altercados e incivismo en la zona del comedor social ‘Taula Amiga’, gestionado por la Fundació Formació i Treball en convenio con el Institut Municipal de Serveis Socials de Tarragona (IMSST), y que atiende a más de un centenar de personas.
Desde el Ayuntamiento reconocen que se ha aumentado la seguridad con más presencia de agentes de la Guàrdia Urbana: «El IMSST está en contacto con el vecindario, con el cual se ha reunido en diversas ocasiones», afirman fuentes municipales.
De hecho, la empresa también ha introducido una persona para controlar la seguridad en el equipamiento. Fuentes de la Fundació admiten que «se ha llamado varias veces a la Guàrdia Urbana, pero el servicio no se ha visto afectado, ni tampoco la atención a personas usuarias».
Afirman que el de Tarragona no es un caso aislado y que los trabajadores y trabajadoras conocen cuáles son los protocolos existentes: «Se entiende que, ante determinados contextos, la gente proteste, aunque se nos ha transmitido que la situación ha cambiado».
Los vecinos exponen que, con el vigilante introducido por la empresa, la seguridad ha mejorado, pero que siguen sucediéndose episodios como los que ya se daban anteriormente. Al parecer, durante los últimos meses habría habido conflictos con un usuario en particular.
Personas que residen y trabajan en las inmediaciones exponen que existen «problemas de seguridad ciudadana». «Recibimos amenazas y hemos visto cómo han intentado atracar a gente», argumenta uno de los vecinos, que denuncia lo que considera «falta de salubridad». «Tiran todos los restos de comida al suelo», apunta.
No tan solo en la vía donde se ubica el comedor, sino que la suciedad se extiende en ocasiones a las calles adyacentes. En esta línea, fuentes consistoriales aseguran que «desde la concejalía de Serveis Socials se ha coordinado una intensificación de la limpieza en los alrededores».
Por otra parte, una trabajadora de la zona señala conflictos por cuestiones de drogadicción: «Estamos cansados de oler marihuana y chocolate y de encontrarnos papelinas de cocaína tiradas por el suelo». «Sales a quejarte de que estén tirados en el suelo porque esto no es la playa y la respuesta es una patada a lo que pillan, y todo ello conlleva problemas de imagen como ciudad», comenta.
Los vecinos manifiestan que «la función de los comedores sociales es buena y necesaria». «Ni mucho menos denunciamos por un tema de inmigración ni de personas con más o menos recursos, es una cuestión de higiene de la zona, que lleva así desde hace años», indican.
Resta por ver de qué manera inciden las medidas que ha tomado el consistorio, que tienen el objetivo de reforzar la seguridad y la limpieza.