De espacio «aislado» y «deprimido» a parque urbano arqueológico. Esta es la transformación que quiere abordar la Necròpolis, un yacimiento que ahora mismo está cerrado al público, mientras se prepara para una rehabilitación integral que debe servir para situar en el mapa uno de los espacios más singulares del conjunto monumental Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco.
Los encargados de esta transformación son Pau Jansà, Genís Boix, Amàlia Jansà, Andreu Pont, Manuel Prieto y Eduard Polo, del despacho de arquitectura tarraconense Urbana Strata, que ayer dieron a conocer algunos de los ejes del proyecto, en una conferencia en la sede del Col·legi d’Arquitectes de Catalunya en Tarragona.
La conferencia fue un recorrido arquitectónico por la Necròpolis del futuro, en la que se puso de manifiesto el cambio que percibirán tanto los visitantes como la ciudadanía nada más acceder. Así, tanto el Passeig de la Independència como el tramo final de la calle Ramón y Cajal dejarán de ser dos ejes sin apenas aceras, para transformarse en viales de casi seis metros de ancho, con mobiliario urbano y en el que se recuperarán los plataneros como símbolo del paseo que fue esta entrada a la ciudad.
La nueva entrada será desde el extremo del río Francolí. En este punto está previsto otro de los importantes cambios, que explican este proceso de apertura del yacimiento. En este sentido, está prevista la desaparición de los límites de hormigón, para generar una estructura de taludes que garantice la entrada a este parque público que quiere generarse.
Desde ahí podrá accederse, de forma gratuita, a una zona verde con árboles mediterráneos y pavimentos drenados que buscan retener el agua. Esto generará un refugio climático que invitará al público a permanecer en este espacio, como ya hacían los allegados de las personas que hace más de 2.000 años fueron sepultadas en este camposanto. «Será un jardín clásico, con la escalinata, la fuente y cipreses a cada lado», afirmó Amàlia Jansà.
Esta rehabilitación permitirá incorporar dentro de la Necròpolis la Nau Motors de Tabacalera, que permitirá canalizar las visitas, así como se recuperará la garita de vigilancia de la antigua fabrica de tabacos.
En el extremo junto al centro de interpretación se ubicará el edificio de servicios museísticos, donde las personas que quieran entrar al recinto comprarán la entrada.
En la conferencia no se entró en detalles sobre el proyecto museográfico del nuevo museo, que reabrirá después de más de treinta años cerrado. No obstante, la actuación también garantizará una «reinterpretación» de la Cripta dels Arcs y el público visitante podrá cruzar por la vía romana, ahora inaccesible.
Antes de abandonar la Necròpolis, los visitantes todavía podrán entretenerse paseando por la zona porchada, que se habilitará en todo el extremo de la calle Ramón y Cajal. En este especie de museo al aire libre habrá el lapidario, haciendo visitables algunos de los materiales de la reserva del MNAT.
Tras una inversión de casi nueve millones, de los cuales siete los aporta el Ministerio de Turismo a través de los fondos Next Generation, la Necròpolis mira el futuro inmediato desde otra perspectiva. Y es que, de acuerdo con los calendarios, el proyecto tiene que ser una realidad el año que viene. Mientras tanto, desde el MNAT ya se está trabajando de cara a la segunda fase. Aunque no podrá prescindir del modulo 6 de la Tabacelera «ya he pedido que siga adelante», indicó la directora del museo, Mònica Borrell.