Algunos trayectos en tren son ya de lo más parecido a una gincana. Oído en la estación de Reus, en las viajeras y viajeros con destino a Barcelona por la línea que pasa por La Plana-Picamoixons: «Pues yo me he traído patatas...», «yo he cogido un juego...», como si de un viaje transoceánico se tratase. Pues sí, en algunos casos, así es.
El viernes es sinónimo de la vuelta a casa de jóvenes que están estudiando lejos de su hogar, que aprovechan el fin de semana para volver.
«Los trenes van fatal, es que van muy mal», Laila L’Bakkali, usuaria
Por eso, la estación de Sant Vicenç de Calders, punto de encuentro de las viajeras y viajeros que vienen desde Barcelona para –en autobús– desplazarse hasta el Camp de Tarragona, registró este viernes un incremento de usuarias y usuarios en comparación con los días previos.
La situación en Sant Vicenç es cíclica: llega un tren cargado y la entrada de la estación, que es donde se espera a los autocares, se convierte en una tromba de personas.
«El tren ha salido con casi media hora de retraso», Ania Blanca, usuaria
Hasta se observa el ‘miedo’ en las caras del personal de información, que, como si de Rambo con su M60 se tratara, dispara «usted aquí», «usted allá» ante las decenas de preguntas por minuto.
Ania Blanca es una de las estudiantes que vuelve a casa los fines de semana. Este viernes, ante el primer día tras el corte, apuntaba que «el tren ha salido con casi media hora de retraso desde passeig de Gràcia».
«Yo pensaba que, como tenían que coordinarse con los autocares, igual los trenes iban más puntuales, pero ya veo que no...», Ania Blanca, usuaria
Unas disfunciones horarias que, explica, eran ya habituales antes. «Teníamos que llegar a las 17.50 horas y son las 18.17», indicaba, mirándose el reloj.
También revela que le han planteado hacer el trayecto directo desde Barcelona en autobús: «Yo pensaba que, como tenían que coordinarse con los autocares, igual los trenes iban más puntuales, pero ya veo que no...», se lamenta.
«Normalmente, vamos con veinte o treinta minutos de retraso», Laila L’Bakkali, usuaria
Laila L’Bakkali es otra joven que estudia en Barcelona y que retorna a casa los viernes: «Los trenes van fatal, es que van muy mal», apunta. «Normalmente, vamos con veinte o treinta minutos de retraso», añade.
En la misma situación está Maria Poll: «Sobre todo los viernes, se hace difícil coger el tren, ya que se acumulan todas las personas que bajan de Barcelona y, en ocasiones, tienes que ir de pie». Afirma que está a la expectativa: «Me he planteado pedir que vengan a buscarme en coche».
«Me he planteado pedir que vengan a buscarme en coche», Maria Poll, usuaria
Como alternativa, hay jóvenes que han optado por ir directos en bus. No obstante, hubo algunos problemas con personas que no habían comprado la tarjeta T10/120 y a los que no se les permitió adquirir el billete sencillo.
Por otro lado, usuarios que iban en el autocar hasta Tortosa comentaron que «el autobús de las 16.05 horas llegó a las 16.30 horas y arrancó con 42 minutos de retraso». «Hubo un jaleo importante: gente corriendo, gritos... Lo típico de los viernes, que la gente huye de la ciudad... Los viernes esto será el Bronx», sentenciaba un usuario.