Preocupan las frecuencias, los horarios y la logística en los autobuses. Algunos optan incluso por ir en su vehículo privado o directamente en autobús hasta Barcelona ante la posibilidad de que se produzcan retrasos
El enmarañado laberinto, punto de encuentro a partir del martes, se prepara para el posible caos ferroviario con interrogantes, incertidumbre sobre la agilidad del servicio y un inminente lavado de cara