Históricamente enero es el mes con más mortalidad. Los datos experimentales del INE –por tanto, provisionales– muestran que este 2022 no ha sido una excepción.
En las cuatro primeras semanas del año ha habido 840 fallecimientos por todas las causas en Tarragona (no solo Covid-19), prácticamente las mismas que en enero de 2021 (hubo 847) y un 36% más en relación a 2020, cuando aún no había irrumpido la pandemia (615). Por tanto, el exceso de mortalidad del virus sigue afectando a nivel estadístico, aunque las vacunas hayan reducido la letalidad del virus, y teniendo en cuenta también la incidencia que tienen las otras enfermedades.
Ayer ni el Camp de Tarragona ni las Terres de l’Ebre sumaron nuevos fallecimientos por coronavirus, si bien desde el 15 de noviembre, inicio de la sexta ola, hasta ahora el número de decesos se eleva a 148, mucho menor que en otras oleadas. El resto de índices sanitarios o epidemiológicos, como los ingresos o el riesgo de rebrote, prosiguen su descenso, siguien el ritmo de las últimas semanas.