La recaudación de Hacienda en Tarragona va de récord en récord. De hecho, no deja de subir desde 2012 –obviando el año de la pandemia–. De enero a agosto de este 2023, el fisco tarraconense ha ingresado 1.736 millones de euros, un dato que representa un 9% más que los 1.592 de 2022 y que supone la mayor recaudación de la historia a estas alturas, según los balances mensuales de la Agencia Tributaria, desgranados por delegaciones territoriales. Y eso que el cierre de 2022 ya significó un saldo de récord absoluto: Hacienda terminó recaudando 2.482 millones a final de año, en el que fue el mayor ingreso en Tarragona en toda la etapa euro.
Es uno de los efectos de la crisis inflacionaria, que, aunque en los últimos tiempos se haya sosegado, aún sigue causando estragos en hogares y en bolsillos.
Para ir a la segunda recaudación más alta de la historia entre enero y agosto, hay que retroceder hasta el año 2007, previo al estallido de la crisis económica, cuando se ingresaron 2.420 millones en todo el año, 1.666 de los cuales fueron entre el primer y el octavo mes de un ejercicio contable que también marcó un récord: supuso la recaudación máxima de la historia en Tarragona hasta que llegó la de 2022.
En 2008, la situación se enfrió y los ingresos por impuestos se redujeron un 19% a lo largo de todo el año. A esa caída se sumó la de 2009, de un 32,8%. A partir de 2012, la cantidad percibida por Hacienda en Tarragona fue en aumento hasta el año 2020, que supuso un curso atípico por el confinamiento y las restricciones derivadas de la situación sanitaria. La caída de la inflación, que por aquel entonces llegó a ser negativa, supuso también una reducción en los ingresos por impuestos. A la deflación se sumó la reducción del consumo, que fue recuperándose poco a poco en 2021, cuando los ingresos ya fueron de 2.051 millones y cuando el aumento de precios ya llegó a alcanzar el 6%.
«Está perdiéndose poder adquisitivo, la inflación es una subida de impuestos encubierta», Antoni Cunyat, economista y docente en la UOC
Desde ese momento, la tasa de incremento de recaudación empezó a escalar. Es decir, la diferencia con lo que se había ingresado el año anterior empezó a ser más amplia: un 11,9% en 2021 y un 21% en 2022. Por el momento, los datos de este año marcan que el incremento respecto al año pasado está moviéndose alrededor del 9%, una subida inferior, pero que, a causa de los aumentos de años anteriores, provoca que los tarraconenses estén pagándole a Hacienda más que nunca.
Con un cálculo sencillo, y sin tener en cuenta la progresividad de algunos tributos, podría exponerse que, entre enero y agosto de 2023, cada tarraconense ha desembolsado unos 2.050 euros en las arcas públicas: son unos 480 euros más que al inicio de la crisis inflacionaria. Es una subida que, básicamente, se ha sustentado en tres impuestos: el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) y el Impuesto de Sociedades (IS). El economista Antoni Cunyat, profesor colaborador de la Universitat Oberta de Catalunya, argumenta que «se pierde poder adquisitivo, es una presión más para los ciudadanos porque los salarios han aumentado menos que los precios».
Pese a que la diferencia entre lo mucho que subían los precios y lo poco que lo hacían los salarios se ha reducido, aún existe: hasta septiembre de 2023, el incremento de las retribuciones en Tarragona está en un 3,19%, mientras que los precios han crecido un 3,5% interanual. «A cada familia, la subida de recaudación por la inflación le supone unos 1.600 euros», expresa Javier Pérez, asesor fiscal y laboral y gerente de la asesoría Pérez-Tarracogest. «No solo suben los impuestos, también lo hace la vivienda, el alquiler... No se ha tenido en cuenta que el coste de la vida se ha disparado», añade.
La recuperación de la actividad económica con el ocaso de la pandemia, sumada a un IPC que llegó a subir un 11% en la demarcación, nutrió las arcas del Estado en 2022. No obstante, aunque la inflación actual no es tan agresiva como la de entonces –se mueve alrededor del 3% interanual–, los ingresos de la Administración continúan subiendo y no existen síntomas aparentes de que vayan a disminuir. Ni la reducción del tipo de IVA de la electricidad y del gas natural, ni su eliminación en los alimentos de primera necesidad han impedido que del grifo de Hacienda siga cayendo dinero.
Cunyat expone que «la inflación es una subida encubierta de impuestos». «Cuando la base imponible está subiendo, la cantidad que supone el mismo porcentaje también crece», añade.
El ejemplo paradigmático es el IVA, el impuesto que más aporta a los ingresos totales. Durante este año, son unos 692 millones de euros, lo que representa más de la mitad del saldo final. La cantidad ingresada ha crecido un 8,1% si se compara con 2022. «Al final, el IVA es un porcentaje de los precios: si hay una subida generalizada de precios, se recaudará más», apunta Cunyat.
Por otra parte, el IRPF es el segundo tributo que más dinero genera: son 681 millones en la demarcación, un 39% de la recaudación total y un crecimiento del 10,3% si se compara con los ocho primeros meses del pasado año. En palabras de Cunyat, «aunque los salarios no se hayan incrementado en la misma medida, sí que han subido, pero que las tablas del IRPF no se actualicen también supone una subida encubierta».
«Se tiene la sensación de que lo que se paga de impuestos no corresponde con el retorno posterior», Rafael Muñoz, economista
El tercer puesto es para el Impuesto de Sociedades (IS), que lleva ingresados 188 millones de euros en la demarcación, una subida del 36,2% en comparación con 2022.
Los impuestos especiales –que gravan el consumo de determinados productos o servicios como el alcohol, el tabaco, la luz o los carburantes– han visto reducida su recaudación en un 14%. No obstante, el creciente precio de la gasolina durante las últimas semanas ha aupado los ingresos, que en estos meses ya son superiores a los del año pasado en la misma época –en el agosto de 2023, se ha recaudado más del doble que en el de 2022–. «Esta subida está provocando una nueva llama», apunta Cunyat.
Los ingresos locales crecen
Si la recaudación de Hacienda en Tarragona se ha incrementado durante los últimos tiempos, la de las entidades locales no ha sido menos. De 2016 a 2021 –últimos datos disponibles–, los consistorios tarraconenses ingresaron un 11% más por impuestos: de los 434.694 millones del año 2016 hasta los 482.169 de 2021.
El Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) –conocido como impuesto de circulación–, y el Impuesto sobre Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana –la plusvalía municipal– son los tributos por los que más ingresan las corporaciones locales.
«A cada familia, la subida de la recaudación por la inflación le supone unos 1.600 euros», Javier Pérez, asesor fiscal y laboral
Cunyat propone que «si la voluntad fuese la de no cargar tanto al ciudadano, habría que actualizar los tramos del IRPF a la inflación». «Como no hay una contención del gasto, no es probable que se haga; al final, o aumentas los ingresos o reduces los gastos», añade.
Los expertos coinciden en que, al final, todo yace en el retorno que tienen los impuestos. «Yo entrego una cantidad para que se financien determinados servicios públicos», indica el economista tarraconense Rafael Muñoz. En la misma línea, Pérez expone que «un sistema tributario es justo o no en función de lo que los ciudadanos vayan a recibir; aquí se pagan muchos impuestos y no hay tanto retorno como en otros países».
La recaudación total está creciendo año tras año y marca récord histórico tras récord histórico. No parece que la dinámica vaya a apaciguarse a corto plazo, pues el incremento de precios está siendo continuado y está provocando que la cantidad de impuestos a pagar esté entrando en una subida sin precedentes.