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Estafas millonarias a personas mayores de Tarragona orquestadas desde Portugal

La investigación conjunta entre los Mossos d’Esquadra, la Policía Nacional y la Policía Judiciaria Portuguesa, en coordinación con Europol, ha concluido con la detención de 53 personas

02 julio 2024 11:49 | Actualizado a 02 julio 2024 12:41
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Un amplio dispositivo policial formado por Mossos d’Esquadra de la División de Investigación Criminal (DIC), agentes de la Policía Nacional e integrantes de la Policía Judiciaria Portuguesa, en coordinación con Europol, han detenido a principios de junio un total de 53 personas a quienes se les atribuyen delitos de pertenencia a grupo criminal, delitos de estafa, blanqueo de capitales y robos con violencia e intimidación.

El operativo se llevó a cabo hace un mes, el 4 de junio, cuando se realizaron un total de 19 entradas y registros en Tarragona, Sevilla (Andalucía) y Faro (Portugal). La investigación ha sido coordinada por el Juzgado de Instrucción número 3 de Reus y los detenidos pasaron a disposición judicial dos días más tarde. El dispositivo policial sigue abierto, a la espera de que se produzcan otras detenciones relacionadas con la recepción de dinero que tiene origen en estas estafas.

En las entradas y registros en estas tres ciudades se encontraron joyas, más de 20.000 euros en efectivo, equipos informáticos y documentación que los vincula directamente con los hechos investigados.

De hecho, en uno de los registros en Portugal, se localizó un ordenador portátil que tenía en pantalla información bancaria de una nueva víctima del día anterior, a la cual le habían sustraído joyas y dinero.

Durante 2023, el método del vishing ocupó la tercera modalidad de fraude por número de hechos, con una cifra anual superior a las 3.000 estafas

Estafas telefónicas y robos violentos

La investigación se inició a principios de 2023, cuando los investigadores detectaron un incremento de hechos delictivos con un mismo patrón criminal: las víctimas, todas ellas de edad muy avanzada, recibían una llamada por parte de un supuesto empleado del departamento de seguridad de una entidad bancaria. En ese punto, les advertían que estaban siendo observadas por grupos criminales que querían sustraerles su dinero, y las atemorizaban durante días con esta afirmación.

Captada su atención, los estafadores se coordinaban con otros miembros del grupo (a quienes llamaban “técnicos”) los cuales, haciéndose pasar por falsos trabajadores del banco, o falsos policías, se presentaban en los domicilios de las víctimas.

En el interior del piso, bajo la premisa de impedir que la supuesta organización criminal les robara dinero, se apropiaban de sus tarjetas bancarias y el PIN de seguridad, les sustraían joyas, dinero en efectivo o dispositivos electrónicos.

En esta acción, los miembros de la organización ejercían una gran intimidación que hacía que las víctimas se vieran forzadas a entregar sus pertenencias. En algunos casos, cuando la víctima se resistía a entregar sus efectos, los autores se llevaban el botín usando la violencia contra ella.

Uno de los detenidos se hizo pasar por policía y se quedó a dormir en el domicilio de la víctima, hasta abrir con una radial la caja fuerte de una mujer de 74 años que vivía sola

A veces, estos falsos técnicos engañaban a las víctimas para que las acompañaran personalmente al banco con el fin de conseguir transferencias bancarias hacia cuentas controladas por la organización.

Los investigadores constataron que los detenidos habían visitado el domicilio de una misma víctima varias veces para exprimirla económicamente hasta el máximo, realizando fraudes que podían llegar a más de 400.000 euros.

En una de las estafas, uno de los detenidos se hizo pasar por policía y se quedó a dormir en el domicilio de la víctima, hasta que pudo abrir con una radial su caja fuerte, bajo el pretexto de que quería llevarse sus joyas a un lugar más seguro dentro del banco. Se trataba de una mujer de 74 años que vivía sola.

Las víctimas, que se encontraban angustiadas por la situación e inmersas en una situación de gran vulnerabilidad ante los criminales, acababan siguiendo sus instrucciones.

Organización deslocalizada que estafaba y blanqueaba

Los principales autores, y considerados cerebros de la trama, residían en Portugal. Desde allí, hacían las llamadas de teléfono, que solían ser a teléfonos fijos. La hipótesis policial es que estas llamadas se hacían de forma masiva sobre una localidad concreta y, a partir de ahí, desplegaban su engaño una vez identificado un candidato “apto” para sus propósitos. Ejecutaban el engaño con una gran tenacidad y capacidad de persuasión.

El enorme volumen de dinero que obtenía la organización, era repartido entre sus miembros, y comenzaban aquí diferentes metodologías de blanqueo para mover los beneficios que generaban.

De esta manera, el dinero físico que obtenían de las víctimas era normalmente transportado físicamente en vehículo hacia Portugal, o utilizando agencias de envío de dinero, mientras que las transferencias bancarias fraudulentas eran recibidas por “mulas” y reenviadas nuevamente a cuentas controladas por la cúpula del grupo delictivo en Portugal.

Otra forma de blanquear los beneficios era la compra y posterior venta de productos electrónicos de alta gama, como teléfonos móviles y ordenadores portátiles, o en una metodología mucho más elaborada de inversión, la compra de lingotes de oro, que les permitía su fácil transporte y ocultación a la vez que minimizaba una eventual pérdida de su valor con el paso del tiempo.

Teniendo en cuenta esta estructura criminal, la colaboración de la Policía Judiciaria de Portugal, bajo la coordinación de Europol, ha sido fundamental a la hora de localizar a los cerebros de la trama en el país luso, con el objetivo de detener la mecánica delictiva. También de detener la actividad criminal, ya que los líderes del grupo tenían capacidad de sustituir a los técnicos en caso de necesidad.

Sobre la metodología de estafa conocida como vishing

El vishing, mezcla de los vocablos ingleses voice y phishing, es una modalidad de fraude que consiste en llamar a la víctima haciéndose pasar por un operador externo, en nuestro caso un falso trabajador del sector bancario.

Se trata de una modalidad de estafa que puede tener diferentes variantes, de tal forma que los criminales pueden hacerse pasar por empresas de transporte, de suministro de energía, de correos, u otras empresas de mensajería.

A veces, la única intención del criminal puede ser la captación de datos personales, pero en otras ocasiones el objetivo principal es obtener las credenciales de acceso a los datos bancarios para realizar seguidamente transacciones fraudulentas.

También es frecuente la combinación del vishing bancario con el conocido como smishing, de tal forma que la víctima recibe, en primer lugar, un SMS en su teléfono que simula ser, por ejemplo, un banco, y seguidamente el criminal llama por teléfono haciéndose pasar por un empleado de la misma entidad bancaria.

Cada vez es más frecuente que los delincuentes utilicen software informático y llamadas de teléfono por internet (VoIP o telefonía IP), a través de las cuales es posible simular la numeración del teléfono emisor. De esta manera, el receptor puede creer erróneamente que efectivamente quien llama es quien dice ser.

$!José Ángel Merino, jefe del área central de delitos económicos de los Mossos. A su derecha, Eva María Segura, inspectora de Policía Nacional, y Joaquim Trinidade, coordinador de la investigación criminal de la Policía Portuguesa. Foto: ACN

El vishing es una estafa que ha tenido últimamente un aumento importante en su incidencia, de tal forma que durante 2023 ocupó la tercera modalidad de fraude por número de hechos, con una cifra anual superior a los 3.000 hechos.

Recientemente, los especialistas policiales en estafas también han detectado que determinados grupos han comenzado a utilizar lo que se conoce como deep fake de audio en las llamadas de teléfono: simulan las voces de personas conocidas, como por ejemplo de familiares, para, bajo cualquier pretexto, obtener datos personales o transferencias de dinero.

Todo el mundo puede ser víctima de una estafa, evite la revictimización y denuncie los hechos.

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