Ni el más viejo de la Plaça de la Font lo recuerda: Tarragona tendrá un nuevo presupuesto en vigor el próximo 1 de enero. Tras la anunciada abstención de Esquerra tras pactar con el PSC un plan inversor de 4,2 millones de euros para abandonar el bloque de PP y Vox, el alcalde Rubén Viñuales ya tiene los votos suficientes para aprobar las cuentas la próxima semana, una vez que Junts descarta el ‘no’. ECP, cuyos votos a diferencia de los tributos ya no son decisivos para decantar la balanza, aún no conoce los números y está a la espera de saber qué hará el gobierno municipal «con los 32 millones dormidos en proyectos no ejecutados», según indica el portavoz, Jordi Collado.
Pese a ello, lo cierto es que la negociación política está tan avanzada que, de hecho, la concejal de Hisenda, Isabel Mascaró (PSC), presentará este miércoles las previsiones municipales para el próximo año con la voluntad de aprobarlas el jueves 30 para sean efectivas desde el primer día del 2024.
Las fuentes consultadas indican que los números incluirán «casi todas» de peticiones que durante los últimos días han presentado Esquerra, Junts per Catalunya y En Comú Podem. De hecho, con más síes que noes ya asegurados en el Saló de Plens–solo Junts duda todavía entre el sí y la abstención–, los socialistas ultiman las cifras que hoy serán entregadas a las formaciones de la oposición.
Los datos presentarán una reducción del 5% en varias áreas, como en las empresas públicas, mientras que se mantendrán las subvenciones. Asimismo, este martes todavía se valoraba con los altos funcionarios el nivel inversor que se podrá afrontar, que será de entre 10 y 14 millones. Todo ello, sin conocer ni la aportación del Estado ni de si se podrá usar el superávit.
Dudas aparte, el ejecutivo socialista pone ya la quinta marcha para tener unas navidades tranquilas tras unos meses de máxima tensión que, esto sí, están a punto de zanjarse con éxito.