Solo dos días después de ser designado como alcaldable de Esquerra de cara a las municipales de 2023, ayer Pau Ricomà decidió congelar su principal propuesta electoral de 2019. Así se sacó adelante en el pleno municipal, tras la aprobación del modificativo de crédito de 15,6 millones de euros que, entre las partidas que dan de baja, está la de 45.000 euros referente a la ordenación territorial de la ciudad prometida hace tres años.
Ya en el primer modificativo del año –el reset de enero tras tener que prorrogar el presupuesto de 2021–, el PSC exigió al gobierno municipal (ERC-Junts per Tarragona-CUP) que vaciara de recursos la partida de los Consells. En aquella ocasión, el ejecutivo de la Plaça de la Font hizo caso omiso a la petición socialista, pero fue ayer, en la segunda gran operación de 2022 para lograr recursos económicos «para las actividades habituales de la ciudad», cuando el gabinete encabezado por Ricomà avaló congelar sine die la gran apuesta que le catapultó hasta la alcaldía.
Se activarán «si hay mayoría»
El portavoz de Esquerra Republicana, Xavier Puig, reconoce que el motivo que ha llevado al gobierno local a sacrificar temporalmente los Consells está el hecho de que estos «no se aprobaron» cuando se votaron en el pleno. Fue el pasado mes de junio, pocos días después del divorcio entre ERC y ECP, cuando el Saló de Plens rechazó el proyecto con el «no» de PSC, Ciutadans, PP, En Comú Podem y los ediles no adscritos Sonia Orts y José Luis Calderón. Ese día, el pleno no avaló ni la creación ni el reglamento de estos hipotéticos organismos que, según el informe que pasó por la comisión a principios de 2020, deben «hacer de canal de comunicación entre el Ayuntamiento y la ciudadanía», «realizar propuestas de mejora» e «impulsar la participación ciudadana».
«Si hay una mayoría que los hiciera posible, lo incorporaríamos en un futuro modificativo», resalta Puig, quien reivindica que «al final, este gobierno interlocuta mucho con las entidades, pero en el pasado no siempre fue así», a la vez que reitera que este futuro instrumento «será útil para garantizar la participación de las entidades, gobierne quien gobierne». De hecho, en el último pleno ordinario, la portavoz de ECP –Carla Aguilar– tendió la mano para «activar» la negociación, si bien en esa ocasión Ricomà le recriminó su «no» de junio.
Según la propuesta que se quedó en el aire, el objetivo era dividir la ciudad en cinco Consells de Districte: Centre, Eixample, Llevant, Nord y Ponent. El centro histórico estaría formado por la Part Alta, los barrios marítimos –Port y Serrallo– y las calles Unió, Maria Cristina y las dos ramblas «por su rica vida sociocultural» y debido al hecho de que «es donde se concentran los componentes de la evolución histórica», según se afirmaba en el informe. Por lo que se refiere al Eixample, este se iniciaría en la Plaça Imperial Tarraco y discurriría por la avenida Roma, President Companys y avenida Andorra para conectar con Torres Jordi, Vidal i Barraquer y República Argentina hasta llegar a la Avenida Catalunya, Tarragona II y la Oliva. Se concentraría así por la «fuerte dinamización socioeconómica que han generado las nuevas centralidades comerciales, financieras e institucionales».
Por lo que se refiere a Ponent, este se mantiene igual que ahora –como Llevant–, mientras que el Nord sería para Sant Pere i Sant Pau, Sant Salvador y Sant Ramon, ya que son «zonas residenciales que deben luchar constantemente por una visión propia y no periférica de la ciudad». se recalcaba en el estudio municipal preliminar.
Se reactivan las fiestas
Finalmente, el ejecutivo de Ricomà logró aprobar ayer el modificativo con el voto de su exsocio –ECP– y con la negativa de un PSCque, de esta forma, confirmó su primer «no» relevante tras la prórroga presupuestaria. Los socialistas presentaron una enmienda al modificativo valorada en 771.000 euros, de los cuales el gobierno local únicamente «salvó» 50.000. «Hemos hecho un voto de protesta», indicó la portavoz, Sandra Ramos. En contraposición, el concejal de Serveis Centrals –Jordi Fortuny (ERC)– lamentó el «bloqueo de la oposición» y enfatizó que «acaban de decir que ‘no’ al fondo de cooperación, a los Casals d’Estiu, a los Next Generation... En general, acaban de decir ‘no’ a Tarragona», criticó el primer teniente de alcalde.
En global, la operación de ayer –que incorpora 5,4 millones del remanente de 2021, más de 8,2 de un nuevo crédito y dos de fondos propios– desbloquea 500.000 euros para la adquisición de vivienda social, 450.000 para las fiestas de Santa Tecla, 340.000 para el Concurs de Castells, 55.000 para las fiestas de Sant Magí y 40.000 para el Concurs de Focs. Asimismo, el modificativo aprobado permitirá usar 315.000 euros para impulsar obras del Palau d’Esports –ya de gestión municipal– y destinar 240.000 euros para becas comedor de las Llars d’Infants, 300.000 en inversiones en edificios escolares y 140.000 euros para las colles castelleres. El impulso económico también da el pistoletazo para actuaciones financiadas con los Fondos Next Generation como el parking Torroja (770.000), tres buses de hidrógeno (680.000), el aparcamiento disuasorio del cementerio (160.000) y la reforma de la calle López Peláez (160.000).