La plataforma Mercaderies per l’Interior continúa la presión para sacar las mercancías ferroviarias del Corredor del Mediterrani de la línea de la costa, un camino en el que avanza de la mano de la patronal Pimec, que este miércoles organizaba un acto en Barcelona, que reunía algunas de las principales primeras espadas del tejido empresarial y económico del territorio. «Este no es un problema de Tarragona sino de país», decía el presidente de Pimec Logística, Ignasi Sayol.
Durante la jornada el presidente de esta entidad, Antoni Cañete, exigía a los representantes de los partidos catalanes que las inversiones en este tramo del corredor sean moneda de cambio de cara a la negociación de los próximos presupuestos del Estado. «Esto va de inversiones, prioridades y estrategias», afirmaba el representante de la pequeña y mediana empresa, quien lamentaba que «tenemos dificultades en explotar todas las potencialidades» por el déficit en infraestructuras del país.
El tercer carril es una opción que no convence ni a la industria ni al sector turístico. Así pudo constatarse durante las mesas redondas, en la que los representantes de estos sectores quisieron alertar del colapso que se generará en el nudo entre Tarragona y Barcelona, cuando este entre en funcionamiento. «De aquí a 2030 hemos detectado dieciséis cuellos de botella en esta infraestructura, de los cuales ocho afectan a este tramo», decía el representante de Ferrmed, Eduard Gràcia.
Una solución provisional
Una de las voces más elocuentes fue la del presidente de la Associació Empresarial Química de Tarragona (Aeqt), Ignasi Cañagueral. «Estamos perdiendo oportunidades e inversiones. El tercer carril es una solución provisional que nos puede aportar oxígeno en mascarilla, pero si va en consonancia con el crecimiento del sector, en cuanto a exportaciones, no puede ser la solución definitiva, ya que necesitamos pasar de esta mascarilla a poder respirar».
El 70% de la producción de este sector sale al exterior y, a día de hoy, tan solo el 3% lo hace en tren. «Si queremos llegar al 20%, la línea de la costa no da para más», añadía Cañagueral.
Desde el sector turístico, una de las principales preocupaciones son las afectaciones que comportará este incremento de trenes sobre los campings, teniendo en cuenta que la mayoría de estos negocios están prácticamente pegados a la vía. «Estamos apostando por un turismo de valor y de calidad, y cualquier afectación negativa sobre la experiencia del visitante tiene un impacto directo sobre nuestra industria», aseguraba la presidenta de la Federació Empresarial d’Hostaleria i Turisme de Tarragona, Berta Cabré.
La Costa Daurada recibe cuatro millones de visitantes al año, lo que se traduce en una cifra de unos veinte millones de pernoctaciones. «Salir del mercado es muy fácil y volver a recuperar a este cliente es muy difícil», añadía.
Liderazgo desde Catalunya
Las últimas previsiones del Ministerio de Transportes apuntan que el tercer carril podría entrar en funcionamiento en 2026. Si finalmente es así, esto supondría una demora de más de diez años respecto a las previsiones iniciales. Una situación que la consellera de Territori, Ester Capella, atribuyó al déficit inversor por parte del ejecutivo central.
«En algunos casos, las inversiones no avanzan por falta de consenso. Sin embargo, el Corredor del Mediterrani es uno de los grandes consensos de país, lo que no acaba de llegar de forma clara y directa son las inversiones que se presupuestan y no se ejecutan», decía. Por este motivo, apelaba a avanzar hacia un modelo mediante encomiendas de gestión, que permita que la Generalitat pueda ejecutar «todo aquello que le corresponde a Catalunya». «Si no saber hacia donde deben ir, ya les ayudaremos y lideraremos las soluciones, porque las tenemos», decía.
Más planificación
La plataforma Mercaderies per l’Interior aprovechaba la jornada para presentar de nuevo la propuesta de trazado alternativo, que ha consensuado con los alcaldes, además de las entidades económicas y ecologistas, de forma que ningún núcleo de población se vería afectado por el trazado definitivo. «Luchamos por un transporte ferroviario de mercancías que no comporte ningún riesgo», afirmaba su portavoz, Eugeni Sedano.
En el ultimo bloque intervenían los alcaldes de Tarragona, Vila-seca y Torredembarra. Los tres coincidieron en la necesidad de una mejora en la planificación de las infraestructuras de este territorio, después que consideraron que en los últimos años ha sido «nefasta». «Que el Corredor del Mediterrani sea una realidad y que las mercancías pasen por el interior es una necesidad vital», afirmaba el edil tarraconense, Rubén Viñuales, quien el pasado martes se reunió con el secretario de Estado de Transportes y Movilidad Sostenible, para abordar precisamente esta cuestión.