La licitación para el servicio de limpieza y recogida de residuos en la ciudad quedó desierta después de que el lunes a medianoche venciera el plazo de las empresas para presentar sus ofertas.
El contrato (el de mayor cuantía para las arcas municipales) salió a licitación por más de 200.000 euros y con una duración de nueve años.
A diferencia del contrato actual, esta vez se decidió repartir el encargo en cinco lotes. Uno de los lotes, el del nuevo servicio de ‘deixalleria’ se reservó a una empresa que empleara a personas con discapacidad intelectual. Finalmente ni una sola empresa presentó su oferta a ninguno de los lotes.
Preocupación de los trabajadores
Los primeros en llamar la atención sobre el hecho de que la licitación quedara desierta fueron los representantes sindicales. Ángel Martín de Sande (UGT) presidente del comité de empresa, aseguró que «estamos decepcionados con el equipo de gobierno, es la primera vez que una contrata así queda desierta en una capital de provincia de España».
Martín de Sande asegura que reconocidas compañías que ya prestan el servicio en grandes municipios y que habitualmente «compiten ferozmente entre ellas» habían mostrado su interés por pujar tanto a título particular como a través de uniones temporales de empresas, pero al final ninguna pujó.
El comité de empresa asegura que lo que hizo desistir a las compañías es que «el pliego de condiciones contiene unos cálculos erráticos en lo tocante a la explotación industrial del servicio. Más de un 20% de desviación económica entre lo que se pedía en el pliego y lo que una empresa podría llegar a facturar al ayuntamiento. ¡Un despropósito!».
Señalan los representantes sindicales en un comunicado que «hemos puesto todo de nuestra parte para que la licitación fuese tranquila y contase con el máximo consenso. Pero Ricomà y Fortuny lo han tirado todo a la basura con una pésima elaboración de ese pliego de condiciones en toda su parte industrial y económica, que es la principal».
«Meses de tensión y conflicto»
El contrato actual, que ya lleva 20 años de vigencia, caduca el 28 de abril del año que viene. En caso de que para entonces no se hubiera conseguido adjudicar el servicio se prorrogaría el contrato actual con la empresa Fomento de Construcciones y Contratas, FCC.
Asegura Martín de Sande que el contrato que ha salido a licitación obligaría a las empresas a prescindir de trabajadores para cuadrar los números e implicaría la congelación de salarios durante los nueve años de vigencia. Es por ello que apuestan por que se reformulen los pliegos. Es mejor, señala, seguir con el contrato actual aunque esté obsoleto, que «hipotecarse» durante una década en la que «estaríamos en huelga día sí y día también». Adelantan, además que «ya avanzamos que vienen meses de tensión y conflicto».
El sindicato convocó para hoy una reunión urgente con los trabajadores, unos 360, y también se reunirá con todos los grupos municipales para tratar las medidas «necesarias» a adoptar a corto plazo, a la espera, dicen, de las próximas elecciones municipales del año que viene.
Durante el día de ayer el Ayuntamiento de Tarragona solo se limitó a señalar que «el Equipo de Gobierno manifiesta que como cualquier procedimiento de contratación, se está analizando los motivos por los cuales ha quedado desierto».
Control del servicio y cambios en la recogida
La elaboración del contrato que ha quedado desierto (ocho tomos y más de 2.000 páginas) incluye varias novedades, comenzando por la elaboración, que incluyó una consulta a 2.943 ciudadanos.
Entre los aspectos que contempla está continuar con el cierre de los contenedores que ya se ha iniciado en algunos barrios. En el nuevo sistema de recogida hace falta una tarjeta identificativa para usar los contenedores de ‘resta’ y de orgánica. También se contemplan cambios en el funcionamiento de la deixalleria. En la misma habría un espacio para retirar objetos que otros vecinos han desechado con el fin de reutilizarlos. Respecto a la limpieza habla de personal dedicado expresamente a playas y caminos, así como brigadas para retirar excrementos y pintadas.
Una de las claves, no obstante, es la creación de un equipo dedicado exclusivamente a controlar el cumplimiento del contrato. Solo una vez que se certifique que se ha hecho un servicio, se abonará la factura.