Tres años de prisión y el pago de una multa de 3.000 euros. Es la pena solicitada por la Fiscalía para el propietario de una empresa que tenía diversos establecimientos comerciales.
Durante la investigación de Inspección de Trabajo, entre verano de 2015 hasta el 16 de noviembre de 2016, el acusado –de nacionalidad paquistaní– empleó a un ciudadano extranjero en un kebab.
Aprovechando que tenía una orden de expulsión del país y que estaba en situación precaria e irregular en España, le impuso un horario de 12 horas, de lunes a domingo, a cambio de un salario que oscilaba entre 10 y 15 euros al día. Además, no estaba dado de alta en la Seguridad Social. La víctima ha renunciado a toda indemnización que le pudiera corresponder.