Tarragona y otras 51 ciudades y municipios de la demarcación deberá cerrar el grifo y reducir el consumo de agua en unos días, cuando la decisión del Govern en el plan de sequía se publique en el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC). Las lluvias de la semana pasada han sido un espejismo en cuanto al incremento de las reservas de agua en los embalses y ello ha causado la activación de más medidas restrictivas en gran parte de la provincia de Tarragona, sobretodo en la parte más poblada y dedicada principalmente al turismo y a la industria.
Los 52 municipios nuevos se suman a los 41 que ya sufrieron estas restricciones a principios de mes, siendo 93 las localidades en fase de alerta en la provincia. El resto están en prealerta o de momento exentas de medidas antisequía.
El Govern ha evaluado este martes la situación de la sequía en Catalunya, después de una nueva reunión de la Comisión Interdepartamental de Sequía (integrada por varios departamentos). En ella sepropuso que las localidades integradas en el Consorci d’Aigües de Tarragona (CAT), actualmente en prealerta, pasen al escenario de alerta. La decisión se adopta a raíz del descenso de las reservas de agua del embalse de Mequinensa, que es el indicador que fija el Plan de Sequía correspondiente a la parte catalana del Ebre. Aun así, las demandas para los próximos meses están garantizadas para los municipios que están conectados a la red del CAT.
Cerrar el grifo
El escenario de alerta que entrará en vigor presumiblemente el lunes día 5 de junio supone un paso en la reducción de agua en algunas actividades como por ejemplo disminuir un 25% de agua para usos agrícolas, un 5% para usos industriales o para usos lúdicos.
También se pretende en esta fase activar las limitaciones en el riego de jardines y zonas verdes, la prohibición de llenado de fuentes ornamentales, la limpieza de calles, la limitación en el llenado de piscinas, entre otros usos lúdicos. También está prevista una reducción de la dotación de agua mediana por habitante y día, que pasa a ser de 250 litros por habitante/día.
La fase de alerta que afecta a 52 municipios de la provincia (entre ellos Tarragona, Reus, Valls, Salou, Cambrils, Vila-seca, El Vendrell o Cunit, entre otros) implica una serie de restricciones para reducir el consumo de agua. Se suma a los 41 que entraron en esta etapa a principios de mes.
Las lluvias no son suficientes
A pesar de que las últimas lluvias han permitido estabilizar los volúmenes de agua en los embalses, principalmente en el norte del país, desde el Govern se ha reiterado que la situación continúa siendo muy grave y que todavía se constata que los consumos globales son más elevados del habitual.
Además de esta medida de la fase de alerta a más municipios catalanes, el Govern también abordó el impulso de actuaciones estructurales para incrementar la producción de agua desalinizada en los próximos años.
En cuanto a la desalinizadora del Foix, esta se ubicará en el municipio Cubelles (límite fronterizo con Cunit y la provincia de Tarragona), tendrá una capacidad para producir hasta 20 hm³. Con una inversión próxima a los 150 millones de euros, la planta podrá aportar agua para las demandas urbanas, incluyendo las comarcas del Camp de Tarragona, en función de las necesidades de cada zona. Se prevé que las obras se puedan licitar antes de que acabe este 2023.