Casi un año ha pasado desde que Tarragona daba a conocer cuál era la propuesta ganadora de pérgola para mejorar la Plaça Corsini. Y, una vez más, se demuestra que la administración es lenta. Ni la pérgola está instalada en el lugar previsto, ni el proyecto aprobado por todos los actores implicados. Actualmente, la tramitación se encuentra encallada desde hace meses en las oficinas de Bombers de la Generalitat, institución que debe emitir unos informes de emergencia, indispensables en estos casos.
Según explicaba esta semana el presidente de Espimsa, Dídac Nadal, el visto bueno de Bombers está prácticamente dado, aunque la empresa municipal todavía no ha recibido dichos informes favorables. La intención era que la pérgola estuviera instalada antes de terminar el año pasado, pero el proyecto se ha topado por el camino con varias trabas que han retraso su colocación. Y, según parece, el periplo acaba de empezar, teniendo en cuenta que todavía falta el okey de los departamentos municipales implicados en el proyecto y, lo más importante, la financiación. Cabe recordar que el Ayuntamiento de Tarragona trabaja con presupuestos prorrogados, lo que significa que el dinero destinado a la pérgola deberá salir de un modificativo de crédito que, por el momento, no tiene fecha.
La cosa empezó a torcerse cuando los servicios técnicos del Ayuntamiento detectaron que la pérgola ganadora no era compatible con el día a día de la actividad de Corsini. Primero, por el gran número de terrazas que han proliferado en el lugar en los últimos tiempos y, en segundo lugar, por la localización de las paradas del mercadillo de martes y jueves. Así lo determinaron algunos de los departamentos municipales implicados en la instalación de la estructura –como ingeniería, arquitectura y Parcs i Jardins–, quienes la mayoría de ellos emitieron una serie de informes desfavorables. Solucionarlo era tan fácil como revisar el proyecto y adecuarlo a las peticiones de los técnicos.
El siguiente paso a seguir era que Bombers diera su visto bueno, teniendo en cuenta temas de emergencia, como puede ser, por ejemplo, la evacuación de la plaza con esta pérgola en medio. En circunstancias normales, este trámite podría haberse hecho desde Tarragona. El problema es que la plaza que debería encargarse de esta gestión lleva vacante desde hace mucho tiempo, lo que hizo que la pelota pasará a Bombers de la Generalitat de Catalunya. «Por lo que nos han contado, había una cola importante de proyectos a la espera del permiso. Esto ha sido lo que nos ha retrasado poder ejecutar nuestro plan, que ha quedado encallado durante unos meses», explicaba Nadal hace unos días. Pese a esta demora, Espimsa asegura tener constancia, de forma extraoficial, de que Bombers ya ha dado el sí, aunque pidiendo algunas modificaciones del proyecto.
En primer lugar, que la pérgola gane un poco de altura para facilitar el paso de vehículos, y otra de las observaciones tiene que ver con los anclajes de la estructura.
«Llegados a este punto, solo nos falta refundir el proyecto y volverlo a presentar a los servicios técnicos municipales para conseguir sus informes favorables», apuntaba Nadal, quien se muestra totalmente convencido de que así será
El último escollo
Pero la cosa no acaba aquí. Todavía queda saltar el último escollo. Teniendo en cuenta el escenario económico del Ayuntamiento tarraconense, la financiación para la instalación de la pérgola solo podrá conseguirse a través de un modificativo de crédito. Esto significa que el proyecto deberá contar con el consenso de la mayoría del pleno municipal. «No creo que nadie se oponga a un equipamiento como este», aseguraba esta semana Nadal, quien se mostraba convencido de la voluntad de tirar adelante la pérgola por parte de todo el gobierno municipal. Sea como sea, por el momento, nadie se atreve a dar una fecha concreta acerca de cuándo estará instalada la nueva estructura.
