El grupo de vecinos de Els Pallaresos muestra las firmas que han estado recogiendo en las últimas semanas; aseguran que han llegado a las 1.500. Todo pese a que no lo tenían fácil porque en el municipio no hay ni siquiera asociación de vecinos activa (aunque ahora están en proceso de constituir una).
Lo que les ha hecho movilizarse es que han conocido «por el boca oreja» de la instalación de un Centre Residencial d’Acció Educativa, CRAE en el pueblo. En el mismo vivirán una veintena de niños y adolescentes tutelados por la Generalitat. Las firmas en cuestión son en contra de la instalación «ya que el pueblo no dispone de las infraestructuras suficientes para acoger un centro de este tipo y proporcionar a los niños acogidos las necesidades que requieren», dice el encabezado.
Hablamos con una decena de vecinos dolidos porque consideran que se les ha presentado como insolidarios. «No estamos en contra de los niños, pero para su integración no es lo mismo que lleguen tres que 20. Además, moviéndolos de donde están (el centro funciona actualmente en El Serrallo) solo van a conseguir desarraigarlos y ponerlos lejos de sus familias» resume Jesús Melero, uno de los vecinos. Insisten en que se trata de un pueblo residencial con pocos servicios (una de las escuelas está en barracones) y en el que los niños y adolescentes mayoritariamente hacen actividades en Tarragona. Recalcan que en el municipio no hay alternativas para seguir estudiando o viviendas para establecerse una vez cumplan los 18 años.
Los vecinos han recogido unas 1.500 firmas contra el equipamiento
Desde la Direcció General d’Atenció a la Infància i l’Adolescència, DGAIA, explican que la mayoría de los niños tiene de tres a diez años y aseguran que han hecho «un estudio previo para determinar que el municipio dispone de los servicios indispensables para hacer el traslado, así como una buena conexión entre el núcleo y el centro de Tarragona».
Preocupación por la seguridad
Pese a que el principal argumento ha sido siempre la falta de servicios, Miguel Jimeno, otro de los vecinos, reconoce que también les preocupa la inseguridad. Señala que no quieren que se reproduzcan noticias sobre «droga y delincuencia» que, dice, rodean a otros centros de menores. Es una opinión que sustenta en la experiencia de habitantes del pueblo que pertenecen a cuerpos de seguridad y que han tenido que intervenir en estos centros. «Aquí no tenemos ni guardia urbana ni policía», solo cuatro vigilantes diurnos, señala.
Otra queja vecinal es la falta de información oficial. Desde la DGAIA, no obstante, dicen han mostrado su disposición a reunirse «con la población para explicar el proyecto y resolver las dudas que puedan surgir». El alcalde, del municipio Jordi Sans, confirma que están buscando la fecha y lugar para esta reunión que se produciría antes de dos semanas.
El ayuntamiento también está promoviendo una encuesta en la que pueden votar los vecinos empadronados mayores de 16 años. La pregunta es si están de acuerdo o no con la instalación del CRAE. La votación es anónima y en una urna custodiada por el Ayuntamiento. El martes se acabará el plazo para responder y se conocerán los resultados. Hasta ayer habían votado 492 de las cerca de 3.800 empadronados en el municipio que se encuentran en la franja de edad. La idea inicial era hacer una consulta popular pero eso requería un trámite ante la Generalitat que podría tardar tres meses en tramitarse, señala Sans. El alcalde insiste en que desde el Ayuntamiento «no calificamos ni al CRAE ni a los niños, sino la idoneidad de la ubicación».
