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La comunicación de episodios químicos aún genera dudas casi tres años después de Iqoxe

El Plan de emergencia se recuperó para transmitir mejor las incidencias del sector, pero ahora Pau Ricomà exige al Govern «más información y sensibilidad» con la fuga de nafta en Asesa

27 septiembre 2022 20:24 | Actualizado a 28 septiembre 2022 07:00
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El nuevo Plaseqta no arranca. Pese a que justo después de la trágica explosión en Iqoxe de enero de 2020 el Govern y los 29 municipios más cercanos a la industria acordaron recuperar la gestión territorial del plan de emergencia química «para mejorar la sensación de seguridad» en el territorio, lo cierto es que casi tres años después las dudas no se disipan ni ha mejorado la sensación de protección. En 2020 la polémica fue por la no activación de las sirenas en el accidente del Polígon Nord, y ahora el motivo de la discordia es la comunicación en el episodio de malos olores que se originó este lunes en la empresa Asesa.

Un ejemplo de ello lo evidenció ayer el alcalde de Tarragona, Pau Ricomà (ERC), quien criticó la «falta de información» sufrida durante las últimas horas. Por ello, el máximo representante municipal pide a la administración competente –la Delegació del Govern– que «no haga una lectura tan estricta del protocolo y tenga en cuenta la sensibilidad de la población».

El alcalde de Tarragona admitió ayer que los municipios «fueron informados cuando sucedió el escape» pero lamentó que «no se detalló ni puntualmente ni con suficiente profundidad sobre el episodio de malos olores» que ha tenido como epicentro el polígono químico sur durante las últimas horas. Asimismo, Ricomà recordó que en los controles posteriores «no se superaron los umbrales de referencia de la calidad del aire», si bien evidenció que «muchos ciudadanos percibieron los olores», por lo que considera que «es necesario ser más sensible y menos estrictos a la hora de seguir los protocolos establecidos». Asimismo, ayer, la CUP y En Comú Podem anunciaron que pedirán «explicaciones» a la Conselleria de Acció Climàtica sobre el episodio, denunciando las cupaires que «la vigilancia de la calidad del aire por parte de la Generalitat deja mucho que desear», mientras que los Comuns exigen «la revisión de los protocolos y de la cadena de información» para «evitar el alarmismo, las noticias falsas y la incertidumbre».

¿Quién debe informar?

Protecció Civil fue alertada del accidente poco antes de las cuatro y media de la mañana. Lo primero que se comprobó fue que la fuga no hubiera generado nube tóxica que requiriese del confinamiento de la población. Lo segundo que hizo fue activar en fase de prealerta el Plaseqta. Al no haber afectación al exterior de las instalaciones, no había necesidad de informar, tal como marca el protocolo.

Los hechos dieron un giro de 180 grados al mediodía, cuando los ciudadanos empezaron a notar una fuerte olor a gasolina. «Se toman medidas y se concluye que no existe situación de riesgo. Incluso la Guàrdia Urbana de Tarragona y los Bombers de la Generalitat se desplazaron hasta las instalaciones de Asesa», explica Sergio Delgado, subdirector de Programes amb Protecció Civil. «Cuando detectamos que este episodio estaba vinculado con la fuga de nafta de la empresa, decidimos hacer la información pública», añade Delgado. En ese momento, el 112 estaba recibiendo centenares de llamadas por lo sucedido. «Lo comunicamos, primero, para tranquilizar a la población y, segundo, para no saturar la línea 112», dice Delgado.

Según Protecció Civil, y tal como establece el Plaseqta, «no somos nosotros los encargados de informar sobre episodios de malos olores, pero lo hicimos porque creemos que el protocolo debe ser flexible si la finalidad es disminuir la preocupación del ciudadano».

La empresa «estudia las causas»

Por su parte, en un comunicado, Asesa «lamenta las molestias» causadas por el escape de nafta, que fue de 150 m3 «que quedaron contenidos en el sistema correspondiente». La compañía destacó ayer que «el incidente quedó controlado rápidamente y restringido en el interior de las instalaciones», reconociendo que hubo «afectación en el exterior con los episodios de malos olores» que se generaron, pese a «las medidas que se tomaron». Asesa lo atribuye al «aumento de la temperatura y el cambio de intensidad y dirección del viento a partir del mediodía» de este pasado lunes. Sin embargo, reiteró que «las mediciones del aire mostraron en todo momento concentraciones por debajo de los umbrales.

Asimismo, desde Asesa se indica que estudian las causas del siniestro y que la primera hipótesis apunta a «las lluvias torrenciales registradas el 23 de septiembre», si bien «hasta que no se complete este análisis no se podrán determinar». Cabe recordar que desde el CECAT se informó de que «el techo del depósito se ha hundido» y que «la posible causa del derrumbe sería la acumulación de agua de lluvia de los últimos días y un drenaje insuficiente», según avanzó el lunes ACN.

Protecció Civil informó de la situación, pese a no tener la obligación de hacerlo
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